Jaén.- La dirección del instituto de Mengíbar asegura que "la convivencia en el centro es normal"

Europa Press Andalucía
Actualizado: miércoles, 29 marzo 2006 17:25

JAEN 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

La dirección del instituto de Mengíbar (Jaén) donde estudian los cuatro menores condenados a un año de libertad vigilada por dar una paliza a un compañero de clase, asegura que la "convivencia en el centro es normal".

En declaraciones a Europa Press, la dirección del centro educativo aseguró hoy que desconoce si se investiga a cinco chicos por "someter a golpes a otro niño del mismo centro", según publica hoy el diario Ideal.

En este sentido, la dirección aseguró que "no se puede pronunciar al respecto, por lo que habrá que esperar a que haya una sentencia" y añadió que "en caso de que la dirección tuviese conocimiento de que se producían estos supuestos malos tratos lo habría comunicado de inmediato".

En lo referente al funcionamiento del centro educativo, la dirección aseguró que "por el momento, no se tomarán medidas excepcionales, ya que la convivencia entre los alumnos es normal"."Seguiremos impartiendo las clases como siempre y no se alterará el funcionamiento habitual del centro", precisó la dirección.

Los hechos se remontan al 29 de octubre de 2004, cuando los cuatro menores condenados esperaron a la salida de las clases a la víctima y le dieron puñetazos y patadas, causándole politraumatismos, según publicó diario Ideal.

No obstante, el acoso escolar comenzó desde el inicio de ese curso, cuando el menor agredido sufrió injurias, lesiones, daños y amenazas por parte de este grupo de alumnos, una situación que condujo a la víctima a un cuadro depresivo reactivo y fobia social. Así, el menor no salió de su casa en varios meses y dejó de ir clase.

En este sentido, la sentencia del Juzgado de Menores considera que estos cuatro menores, "previamente concertados, cada vez que se acercaban a él le dirigían todo tipo de insultos" como "trompeta, cabrón, hijo de puta, langostino, maricón" y, además, incluso le propinaban "todo tipo de cogotazos y empujones", según recoge el citado periódico local.

Ante estos hechos, los menores han sido condenados a un año de libertad vigilada, doce meses en los que tendrán que asistir a talleres para aprender a relacionarse, a que les eduquen en valores con el fin de que sean conscientes de sus acciones y a aprender a controlar sus impulsos.

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