Jaén.-La Fundación CajaSur lleva a Jaén la muestra 'Tierras de nadie, paisajes-concepto', del fotógrafo Joan Fontcuberta

Actualizado: jueves, 13 diciembre 2007 17:55

JAÉN, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

La directora general de la Fundación CajaSur, Aurora Atoche, inauguró hoy en Jaén la exposición de pintura de Joan Fontcuberta 'Tierras de nadie, paisajes-concepto', en las que el fotógrafo catalán recopila una amplio conjunto de obras pertenecientes a cinco proyectos alrededor del paisaje que sintetizan su producción artística durante las dos últimas décadas: Palimpsestos (1988-1993), Terrain vague (1994-1997), Semiópolis (1999-2001), Securitas (1999-2001) y Orogénesis (2002-2007).

Atoche destacó en su satisfacción por estar de nuevo en el centro Cultural Miguel Castillejo de la capital abriendo "una de las exposiciones más ambiciosas e importantes de cuantas se ha propuesto a la Fundación CajaSur, desde que nuestro equipo tomó posesión a principios del año 2006".

"Esta muestra fotográfica, que ha ido a Sevilla y después de Jaén irá a Córdoba, porque creemos que su calidad es tal que la itinerancia por Andalucía era una obligación moral, trae a Jaén a uno de los fotógrafos españoles más conocidos, respetados y admirados tanto nacional como internacionalmente", aseguró.

La directora de la Fundación CajaSur hizo hincapié en que la obra fotográfica de Fontcuberta se manifiesta como un espacio de descanso del ruido, un lugar metafísico que permite la reflexión sobre lo que nos rodea: "Esa es la virtud de su fotografía, ponernos en un estado espiritual desde el que mirar y reflexionar a la vez sobre nosotros y nuestro mundo, algo milagroso teniendo en cuenta que su mirada parte del entorno más cercano", comentó.

Por su parte, Charo Sanjuán, miembro de la productora D'Onofrio&Sanjuán, subrayó cómo el artista fundamenta su trabajo sobre el concepto. "Es un artista conceptual y con el concepto, que está en cada una de una de sus obras y sus series, llega, utilizando técnicas fotográficas, a crear unas imágenes que no existen realmente, que son virtuales", señaló.

En este sentido, recordó que Fontcuberta "juega" y sostiene que la fotografía no tiene una sola lectura. "Él siempre ha dicho que el buen fotógrafo es el que miente bien, el que miente rotundamente y sobre eso se basa de alguna manera su obra", apostilló.

REFLEXIÓN SOBRE LA REALIDAD.

Así desde la aparición del paisaje como género autónomo en el siglo XVI representación de la naturaleza, entendida ésta como todo cuanto quedaba fuera de las murallas de la ciudad, se pasó, con el arte contemporáneo, implementado con la incorporación de la fotografía, a un paisaje experiencia del lugar y de ahí, finalmente, a un paisaje concepto, es decir, a un paisaje entendido como pretexto para una reflexión sobre la realidad y sobre el lenguaje.

En esa dirección, la obra de Joan Fontcuberta ofrece múltiples ejemplos que rebosan de creatividad y rigor, en los que sintomáticamente la fotografía de la naturaleza es un recurso para llegar a la naturaleza de la fotografía.

Esto se puede apreciar a través de las series Palimpsestos, que incluye fotogramas realizados emulsionando carteles de museos de arte y papel decorativo, y Terrain vague, con foto-quimigramas que solapan una fotografía convencional de paisajes industriales y urbanos con un fotograma realizado con objetos de desecho encontrados en los mismos paisajes fotografiados.

A ellas se unen Semiópolis, donde aparecen imágenes de la primera página de grandes libros de filosofía, religión, ciencia, literatura o política en escritura braille, fotografiados a contraluz y en picado; Securitas, fragmentados del dentado de llaves convertidos en imágenes de cadenas montañosas, y Orogénesis, paisajes virtuales de apariencia fotorrealista generados por un software topográfico que interpreta obras maestras de la pintura y de la fotografía como si fueran mapas.

Su denominador común no escatima guiños a la historia del arte y a la semiología y es a la vez una crítica del espacio hecho cultura y del valor ilusoriamente documental de la imagen fotográfica. Se trata, en definitiva, de trabajos que a lo largo de dos décadas trazan una exploración iconoclasta que, aboliendo fronteras y prejuicios, nos traslada a unos paisajes paródicos: las nuevas tierras de nadie en el ámbito de la representación y de la experiencia.