BAILEN (JAEN), 23 (EUROPA PRESS)
Un grupo de alumnos del instituto de enseñanza secundaria María Bellido, de Bailén (Jaén), tendrá que realizar una actividad de clasificación de libros en la biblioteca del centro como medida correctora por convocar una huelga con la que se impidió el acceso a las aulas a la mayor parte del alumnado el pasado 24 de enero.
En declaraciones a Europa Press, el director del instituto, Alfonso Cañuelo, explicó que la Comisión de Convivencia ha adoptado esta decisión tras hablar con los padres y averiguar qué alumnos "organizaron la actuación que originó trastornos en la actividad normal del centro".
Cañuelo destacó que la resolución de este conflicto se ha realizado "mediante el diálogo" y con el fin de que los menores "hagan una reflexión sobre su conducta", cuyas consecuencias perjudicaron "gravemente" a la actividad docente.
Así las cosas, alabó que esta docena de alumnos reconociera haber organizado la huelga y que "haya dado la cara" en la Comisión admitiendo que el asunto "se les fue de las manos" y que "no pensaban que iba a tener tanta repercusión". Agregó que entre estos chicos no se encuentran los que dieron "collejas" a los alumnos que intentaban acceder a las aulas, práctica que los 12 desmintieron tajantemente.
Cañuelo destacó que los alumnos "reconocen que se equivocaron" y "asumen" su responsabilidad por lo ocurrido, por lo que la comisión decidió aplicar una medida correctora tendente a la realización de trabajos que "beneficien a la comunidad educativa", consistente en una actividad de clasificación de libros en la biblioteca.
LOS HECHOS
La dirección del instituto María Bellido informó el pasado 25 de enero a la Delegación Provincial de Educación de que la mayoría de los 600 alumnos del centro no pudo asistir el día anterior a clase después de que presuntamente un grupo de éstos se colocara junto a la puerta de entrada y "no dejara entrar a los demás".
Ese grupo de alumnos hizo un llamamiento a la huelga para protestar por la nueva zona que se había habilitado para pasar el recreo mientras que el patio principal se encontraba en obras.
Según indicó el propio centro, apenas se pudo impartir "algunas clases con varios alumnos", ya que hubo "amenazas" y "collejas" para aquellos que intentaban entrar.
Cañuelo ya consideró entonces que lo ocurrido era "una tontería de un grupo de niños", pero subrayó que su "obligación" era "dar parte de lo ocurrido" a la Consejería de Educación, ya que "esto no puede ser y hay que tomar medidas, aunque no drásticas".