CÓRDOBA 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), José Manuel Mariscal, dijo hoy que le parece "muy bien que los socialistas se avengan a apoyar al juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, pero lo primero que hay que decir es que Garzón lo único que ha tratado de hacer es ocupar los huecos y espacios de una Ley de Memoria Histórica cobarde".
En rueda de prensa, Mariscal explicó que la investigación que abrió Garzón sobre los crímenes del franquismo, que ahora le puede llevar a ser juzgado por prevaricación, es la consecuencia de que, "por parte del PSOE y del Gobierno en la anterior legislatura", se diera curso a una ley "que no fue capaz de declarar la nulidad automática de las sentencias del franquismo y una ley que no ha sido capaz de garantizar que, desde el ámbito del Estado y de lo público, se produzcan las exhumaciones e investigaciones encaminadas a clarificar la verdad".
Por tanto, "esa cobardía de la Ley de Memoria Histórica es la que permite que el fascismo, que aún habita en la judicatura de nuestro país, haya tomado cartas en este asunto, porque la llamada transición se ha desarrollado en muchos espacios, como el político e incluso el militar, pero la transición no ha pasado todavía por la judicatura y hay aún elementos fascistas, franquistas, con muchísimo poder hoy en la judicatura, que no pueden representar a uno de los tres pilares fundamentales de un Estado que se reclama democrático".
REFORMA LEGAL
A partir de ahí, el PCE pedirá "que una de las condiciones de acceso a la judicatura sea la condena personal por los aspirantes de los crímenes del franquismo". Junto a ello, también pedirán los comunistas la modificación de la Ley de Partidos Políticos "para que la condición de legalidad de un partido se asiente sobre la condena de los crímenes de la dictadura militar franquista" y no sólo, como ahora, en base a "la condena del terrorismo", pues "no puede haber un sólo partido que se reclame democrático" en España si previamente no condena los crímenes franquistas.
En este sentido, Mariscal afirmó que "no puede ser que organizaciones como Falange Española y Manos Limpias existan en nuestro país, tengan carácter de legal e incluso sean atendidas sus peticiones ante la judicatura", de la misma forma que "no puede ser que un partido como el PP se muestre permanentemente ambiguo con respecto a esta condena", ya que en, "en cualquier país de nuestro entorno europeo, un partido político parte del reconocimiento del trabajo de quienes se resistieron al nazismo y al fascismo".
CONTRA LA CORRUPCIÓN
Todo ello, junto con "la corrupción ética, de amplio calado", que a su juicio representa el PSOE, por "traicionar" a sus siglas y a su electorado, sumada a "la corrupción real, de aquellos que aspiran a gobernarnos (PP), hace que sea más necesaria que nunca una refundación democrática del Estado", mediante la creación de la III República, "porque la corrupción no es algo que sea exclusivo de quienes han tenido un comportamiento poco ético, sino que está inserta en el actual sistema, llamado democrático".
Por esta razón, Mariscal, quien respaldó al alcalde de Puerto Real (Cádiz) tras insistir éste en llamar "corrupto" al Rey, dijo que es preciso explicar a los trabajadores "que la solución a sus problemas no está, en absoluto, en el PP", pues "no hay sitio donde esté gobernando el PP que no esté siendo investigado por los jueces de este país".
Ante ello, el líder comunista andaluz, quien aseguró que "no todos los políticos son iguales", apostó por "dignificar la política", evitando con ello "el alejamiento de la ciudadanía de las cuestiones públicas", como reacción al "clima de corruptela permanente" que se ha generado, en el que su partido también va a "combatir la criminalización permanente y creciente a la que se ven sometidas las ideas" del PCE y del PCA, que fueron "claves para el advenimiento a este país de la poca o mucha calidad democrática" de la que ahora goce España.
Junto a la dignificación de la política, la nueva dirección del PCA, que hoy presentó Mariscal en Córdoba, se ha fijado como objetivo "tomar la calle, hacer programa y construir partido", lo que, en el primer caso, implica "que el próximo Primero de Mayo sea el más combativo de los últimos tiempos".