Un profesor de Nutrición de la UPO asegura que "la gente no quiere invertir tiempo en algo tan básico como es comer"

CARMONA (SEVILLA), 8 (EUROPA PRESS)

El profesor de Nutrición y Bromatología de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, Javier García, ha asegurado que "la cocina es la herramienta más eficaz para conseguir una alimentación saludable", así ha defendido el valor de la cultura culinaria como "pilar de salud pública".

Así lo ha declarado durante el taller 'La vuelta al mundo de la alimentación saludable', que dirige en el marco de la 23 edición de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona, donde ha sostenido que "cada vez se cocina menos y se tenderá a comprar productos precocinados de alta calidad. No será mejor ni peor, sino diferente", lamentando que en plena era digital, "la gente no quiera invertir tiempo en algo tan básico como es comer".

En contexto, el docente ha realizado un análisis sobre la estrecha relación entre lo que "se consume a diario y la calidad de vida", subrayando que "cada decisión alimentaria es determinante en la construcción de una buena salud". "Comer es una acción cotidiana que realizamos todos los días de nuestra vida, y todo lo que ingerimos impacta de una u otra manera en nuestro cuerpo", ha recordado García.

El profesor ha alertado, además, sobre "la polarización emocional" que rodea a la alimentación en la sociedad actual. "Estamos asistiendo a una convivencia entre gente que apenas presta atención a lo que come y personas que se obsesionan con su dieta", ha señalado. Esta dicotomía, según ha considerado, "refleja la falta de un equilibrio que permita adoptar una dieta saludable y sostenible sin extremismos".

Para el experto, el conocimiento nutricional básico es "una herramienta clave" para combatir esta situación. "Cuanto más se sabe sobre alimentación, más capacidad se tiene para tomar decisiones acertadas", ha asegurado, insistiendo en la necesidad de "ofrecer a la población información rigurosa y accesible que le permita gestionar sus hábitos alimentarios de forma consciente e informada".

EL VERDADERO ENEMIGO: LOS PRODUCTOS ULTRAPROCESADOS

En este sentido, García ha sido crítico con la percepción idealizada de la dieta mediterránea. "Este concepto está quizá sobrevalorado; cualquier dieta tradicional en cualquier parte del mundo puede aportar sabor y salud", ha matizado.

A su juicio, el verdadero peligro "no reside en los alimentos propios de una u otra cultura, sino en la omnipresencia de los productos ultraprocesados y superfluos --refrescos, dulces industriales y comidas precocinadas de baja calidad-- que han inundado los lineales de los supermercados".

"Lo preocupante no son los alimentos tradicionales, sino la avalancha de productos ultraprocesados a los que estamos expuestos a diario. La única vía para contrarrestar esta tendencia pasa por educar y concienciar a la población", ha advertido.

Pese a las amenazas alimentarias actuales, el profesor se ha mostrado optimista respecto a la integración de nuevas tendencias y alimentos de otras culturas, siempre que estos aporten "sabor, color y textura" y contribuyan a "diversificar una dieta equilibrada".

No obstante, ha lamentado "la pérdida del concepto de estacionalidad en los productos". "Ahora hay tomates o uvas todo el año, pero lo realmente importante es que los productos que consumamos sean frescos", ha señalado. En su opinión, la procedencia del alimento es "una cuestión más social o moral que dietética, pero la frescura sí resulta determinante desde el punto de vista nutricional".

De cara al futuro, ha anticipado cambios significativos en los hábitos domésticos, marcados por "la globalización y una mayor conciencia sobre la salud".

"Cada vez se cocina menos y se tenderá a comprar productos precocinados de alta calidad. No será mejor ni peor, sino diferente", ha concluido, lamentando que en plena era digital, "la gente no quiera invertir tiempo en algo tan básico como es comer".