CÓRDOBA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un hombre de 45 años, acusado de un delito de asesinato por matar a su hermano, dijo hoy durante la celebración de la vista oral que cuando cometió los hechos iba bebido y bajo los efectos de las drogas, por lo que no recuerda casi nada de lo que ocurrió, sino tan sólo que se quedó bloqueado cuando vio a su hermano de pronto tirado en el suelo.
En su declaración, el acusado dijo que volvió al domicilio familiar, donde convivía con su madre y tres hermanos más, después de haber estado toda la mañana bebiendo vino, cervezas y haber consumido droga. Al llegar a casa, se tumbó en el sofá a ver la televisión, pero llegó su hermano, también alcoholizado, y comenzó a insultarle porque, según manifestó, él siempre era la "oveja negra" en su casa.
Entonces empezaron a discutir y el hermano, de un empujón, le tiró al suelo, por lo que el acusado le dijo que se fueran a la calle a "darse unos puñetazos". En ese momento, mientras que la víctima se dirigía al portal de la vivienda, el procesado fue a la cocina y cogió un cuchillo porque, según comentó, su hermano siempre llevaba un cúter en el bolsillo y "no se fiaba". Seguidamente, al llegar al portal, le clavó el cuchillo y cuando lo vio tirado en el suelo se asustó y volvió a entrar en la casa a soltar el arma.
El acusado residía en Córdoba con tres de sus hermanos y su madre en el domicilio de ésta última desde su salida de prisión, en marzo de 2008, tras haber sido condenado por un delito de lesiones a su madre y a uno de sus hermanos, que no era al que luego dio muerte. Por este motivo, pesaba sobre él una condena de prohibición de acercamiento a su madre, y aunque él dijo que se fue a vivir a Valencia durante unos días, la madre le insistió en que volviera a casa.
La convivencia familiar, según el relato del fiscal, "resultaba muy difícil, debido a la actitud agresiva que presentaba el acusado, dado que se encontraba siempre dispuesto a discutir con su familia, momentos en los que aprovechaba para insultarlos y manifestarles su intención de causarles la muerte".
De este modo, sobre las 14,00 horas del día 23 de agosto del pasado año, el acusado comenzó de nuevo una disputa con sus hermanos, con el que ya lesionó anteriormente y con el que luego asesinó, manifestándoles que los iba a matar. Poco después, se marchó dirigiéndose sobre las 16,00 horas a un bar, lugar donde le manifestó a un conocido que estaba muy mal con su familia y que le iba a dar una paliza a su hermano.
EL BASTÓN DE LA MADRE
Posteriormente, sobre las 20,00 horas del mismo día, el acusado regresó al referido inmueble y comenzó a encararse con su hermano y con su madre, hasta el punto de que le dijo a la mujer que iba a escupir sobre su tumba. En ese momento, el hermano decidió llamar al otro mayor por teléfono pero el acusado se lo impidió, dándole una bofetada. Cogió a continuación el bastón de su madre y le pego con él en la cabeza a la mujer y posteriormente golpeó también a su hermano, rompiéndole el bastón en la cabeza.
A la vista del cariz de los acontecimientos, el agredido, "muy debilitado por los golpes en la cabeza, intentó huir del domicilio, pero el acusado, cogiendo el mayor cuchillo que se encontró en la cocina y con ánimo de acabar con la vida de su hermano, consiguió retenerlo en el portal y cerrando la puerta del bloque de pisos lo sujetó fuertemente desde atrás por el cabello, propinándole una puñalada en el brazo y al menos tres puñaladas más en el tórax".
En concreto, la víctima fue apulañada por su hermano en el esternón, en la axila y en el hemitórax derecho, "siendo la última puñalada de gran profundidad, desplomándose el agredido a consecuencia de la gran pérdida de sangre, hasta que, finalmente, falleció", a consecuencia de "un shock hemorrágico por una lesión de la arteria aorta producida por la herida inciso-punzante del hemitórax derecho".
El fallecido contaba en el momento de su muerte con 42 años y no tenía hijos ni esposa. Su padre había fallecido y convivía con su madre y tenía cuatro hermanos, además del autor de su muerte, los cuales no dependían económicamente de él.
DEFENSA
La defensa pide la libre absolución para el acusado, basándose en que éste sufre un trastorno de la personalidad, es alcohólico, no se dio cuenta de lo que estaba haciendo y no tenía planificado matar a su hermano. De este modo, considera que en esta caso no se dan las circunstancias de alevosía y, por tanto, no se le puede condenar por asesinato.
Por su parte, la fiscalía y la acusación particular, ejercida por la madre del acusado y fallecido, consideran los hechos como un delito de asesinato con agravante de parentesco, estimando además que el encartado cometió los hechos asegurándose de que la víctima no pudiera huir, por lo que "era consciente de todo lo que estaba haciendo y no hay motivo para atenuar la pena".
La acusación subrayó que el agresor "tuvo intención desde el principio de matar a su hermano y actuó de forma voluntaria y consciente", por lo que suma a la petición de 19 años de cárcel que solicita el ministerio público.
