Un abeto en el centro de la imagen - US - Archivo
SEVILLA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla (US) han delimitado el número exacto de especies de abetos mediterráneos, un estudio relevante por el papel que desempeñan estos árboles en bosques templados y boreales del hemisferio norte.
Estas especies son clave para mantener la biodiversidad de estos bosques y una importante fuente de recursos forestales, con un gran impacto económico a escala local y regional, detalla la US en un comunicado.
Según los resultados de esta investigación, el número de especies de abetos en la región mediterránea es de diez, once si se considera también a 'Abies borisii-regis', una especie de origen híbrido. Además, dicho estudio no confirma la entidad del abeto de Marruecos 'Abies tazaotana' que se incluiría dentro de 'Abies marocana'.
La diversidad actual surgió mediante una inesperada radiación rápida acontecida hace unos 20 millones de años en el Mioceno, "probablemente debido a los cambios climáticos acontecidos en la época". A lo largo de su existencia, tanto recientemente como en su origen, las distintas especies de abetos mediterráneos se han cruzado unas con otras.
En el caso de los abetos mediterráneos, "debido a su alto grado de endemismo, sus distribuciones geográficas restringidas y a la fragmentación por actividades humanas", cuatro de los taxones actuales son considerados en peligro de extinción (A. pinsapo en España, A. marocana en Marruecos, A. nebrodensis en Sicilia y A. numidica en Argelia).
"Por lo tanto, una correcta clasificación de qué es una especie en este grupo de abetos tiene unas implicaciones muy importantes en las políticas de conservación. En este sentido, colaboramos en un proyecto LIFE de la Comisión Europea llamado 'LIFE4FIR' que pretende salvar de la extinción a Abies nebrodensis, una especie de abeto endémica de Sicilia con menos de 30 ejemplares adultos en la naturaleza", ha explicado el investigador y profesor de la Universidad de Sevilla Francisco Balao.
En este estudio, el más completo hasta la fecha, se analizaron 32 muestras de árboles de los 12 taxones (especies, subespecies y variedades) existentes en la región circunmediterránea, se realizaron varias excursiones por Europa y Asia Menor, así como se utilizaron muestras de ocho especies de abetos originarios de América y Asia para completar la investigación.
"Aunque se han realizado numerosos estudios, debido a la poca variabilidad de los marcadores moleculares utilizados y a que ningún estudio incluía la totalidad de los taxones en la región, no se sabía con seguridad cuántas especies existían". Se presuponía, gracias a los fósiles, distribución geográfica actual y a estudios moleculares previos, que el origen de los abetos circunmediterráneos "era un ancestro proveniente de Asia que habría colonizado la región en algún momento entre el Eoceno-Mioceno, pero las especies actuales no se habrían formado hasta bien entrado el Plioceno debido a las regresiones y transgresiones marinas del Messiniense y los ciclos de glaciaciones en el Cuaternario", ha detallado Balao.
Este estudio refuta esta hipótesis poniendo de manifiesto que su diversificación es mucho más antigua y que las gimnospermas puede evolucionar rápidamente en pulsos de especiación. Los análisis moleculares usados en el artículo Early diversification and permeable species boundaries in the Mediterranean firs fueron realizados en el Herbario de la Universidad de Sevilla.
Además, se utilizó instrumentación del Servicio General de Investigación de Biología y del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer). Por último, y gracias a la colaboración del doctor Ovidiu Paun, de la Universidad de Viena (Austria), las librerías genómicas fueron secuenciadas en el Vienna BioCenter Core Facilities (VBCF).