SEVILLA 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Hermandad de la Macarena de Sevilla ha señalado que no reclamará los daños causados por un indigente detenido por la Policía Nacional por causar desperfectos en diversos templos de la ciudad, entre ellos la Basílica de la Macarena, aunque sí ha planteado el refuerzo de la seguridad si estos ataques "van a más".
El hermano mayor de la Macarena, Manuel García, ha indicado a Europa Press que el 'modus operandi' del detenido consistía en "ir a chillar y armar jaleo, dando discursos contra las imágenes, tirando piedras y botellas de vino, y salir corriendo, cuando veía que nuestro personal iba hacia él, hasta donde no se le podía hacer nada".
García ha asegurado que este indigente no tiene nada que ver con la persona de pocos recursos que habitualmente se pone a la puerta de la basílica para pedir limosna, "una mujer que no estorba ni hace daño a nadie", y que de hecho también era objeto de los ataques verbales del encartado.
Dada la condición del implicado, el hermano mayor de la Macarena ha señalado que, aunque los ataques de este hombre --Ángel M.R., de 49 años de edad y con 15 detenciones anteriores-- propiciaron desperfectos en una de las puertas de cristal del Museo de la Basílica, que ha habido que cambiar, no se reclamará nada, siendo el seguro el que se ha hecho cargo de la reparación.
"A este tipo de personas hay que tenerlas recogidas", ha expuesto García, que ha añadido que "lo que asusta" es relacionar este caso con otros de mayor gravedad, como el ataque a la talla de Jesús del Gran Poder. "Nuestro personal tiene orden de actuar a poco que haya algo de ruido, y con lo que tenemos ahora mismo de momento va bien, pero habrá que reforzar si va a más", ha concluido.
"SU MISIÓN ES QUEMAR Y DESTRUIR IGLESIAS"
Según ha informado la Policía en un comunicado, los hechos están siendo investigados desde enero tras varias denuncias por daños a iglesias de la capital hispalense, todas de ellas de gran valor histórico, y ha detenido en dos ocasiones diferentes al presunto autor, un indigente de la zona que "considera que su misión en la vida es quemar y destruir iglesias", según la Policía, que añade que tenía en vigor una reclamación judicial.
También fue agredida la Parroquia de San Gil, anexa a la Basílica, que resultó dañada al lanzarle piedras a la fachada y a sus azulejos exteriores, así como a la puerta de entrada. Intentó quemar la iglesia introduciendo un papel encendido en el hueco de la puerta.
También en varias ocasiones lanzó piedras y botellines de cristal contra la fachada y pórtico de piedra de la Parroquia Omnium Sanctorum, entrando posteriormente al templo, donde increpó con amenazas e insultos a los asistentes; y a la Casa Hermandad de Los Javieres, cuya fachada sufrió daños y desperfectos al lanzarle diversos objetos contundentes.