SEVILLA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Más de 11.100 menores extranjeros (de entre 8 y 17 años) con deficiencias educativas o sanitarias o que proceden de países que atraviesan dificultades han podido pasar las vacaciones de verano en Andalucía en los últimos tres años gracias a la solidaridad de las conocidas como "familias guardadoras".
Es el balance que ha presentado este miércoles en la Comisión de Igualdad del Parlamento andaluz la consejera del ramo, Micaela Navarro, del programa de desplazamiento temporal de menores extranjeros que la Junta viene desarrollando, en colaboración con entidades y fundaciones, desde el año 1.996.
Navarro, que ha celebrado que las familias andaluzas se caractericen por ser "solidarias, generosas y justas", ha explicado que esta iniciativa busca mejorar las condiciones de vida de estos niños "aunque sea durante un tiempo corto". De hecho, la gran mayoría de las estancias en Andalucía se programan coincidiendo con el descanso de la actividad escolar en sus países de origen y solo algunas tienen como objetivo final un tratamiento médico o quirúrgico o una actividad de escolarización.
Pese a recalcar la gran labor que realizan las familias guardadoras, la consejera ha querido recordar que "siempre son estancias temporales y con carácter excepcional", ya que estos menores "vienen con el consentimiento de sus familias biológicas" y, en ningún caso, "pueden perder el contacto con ellas". "Las familias lo saben porque reciben una información exquisita al respecto, pero quiero evitar que haya confusiones con otro tipo de acogimientos como los simples, permanentes o preadoptivos porque, en más de una ocasión, ha habido problemas porque una familia ha querido que, una vez en perfectas condiciones el niño, se quede aquí", ha explicado.
En este sentido, ha insistido en que "lo más beneficioso" para los menores es "siempre estar en su país de origen, con su familia, sin ninguna duda, con sus costumbres y su cultura". Lo que ocurre es que los niños que participan en este programa de desplazamiento temporal no viven en buenas condiciones. No en vano, los grupos más numerosos de menores son saharauis venidos de los campos de refugiados de Tindouf, en Argelia (un 59%), seguidos de bielorrusos y ucranianos, procedentes en su mayoría de zonas afectadas por las radiaciones del accidente nuclear de Chernobil.
Del otro lado, las provincias donde existen más familias guardadoras, según ha indicado la consejera, son Sevilla, Cádiz y Córdoba. Durante su estancia en Andalucía, los menores acogidos participan en actividades programadas por las entidades que gestionan su desplazamiento, con el objeto de favorecer la convivencia con niños andaluces y de concienciar a la población de la comunidad sobre la situación que viven en sus países de origen.
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