Presidente Fondo Kati muestra su perdón al procesado por destruir patrimonio de Tombuctú

Presidente de la Fundación Fondo Kati, Ismael Diadié.
EUROPA PRESS/FUNDACIÓN FONDO KATI
Actualizado: jueves, 25 agosto 2016 16:39

SEVILLA, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

El director de la Biblioteca Fondo Kati y presidente de la Fundación Fondo Kati, Ismael Diadié, ha mostrado su perdón en una carta dirigida al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, en la que se solicita el indulto para el yihadista Ahmad al-Faqui al-Mahdi, alias Abou Tourab, --procesado por la destrucción de varios elementos del patrimonio de Tombuctú--, y ha subrayado que lo hace "no por minimizar el crimen, sino porque el perdón es el primer paso hacia la justicia".

El juicio de Abou Tourab se inició el 22 de agosto como presunto autor de la destrucción de nueve mausoleos clasificados como Patrimonio Mundial en Peligro por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Entre estos monumentos se encuentran la puerta de la Mezquita de Sidi Yahya al-Andalusí del siglo XV y parte de las tumbas de la Mezquita de Djingarey Ber, construida por Es-Sahili al-Andalusí de Granada en el siglo XIV e inscritas en el Patrimonio Mundial de la Humanidad.

En la carta, a la que ha tenido acceso Europa Press, Diadié ha explicado que el mismo día en que se dañó la Mezquita de Sidi Yahya al-Tudeli al Andalusí "fueron destruidas" las tumbas de sus padres. Además, ha calificado este acto como un "memoricidio".

Ante esto, el responsable de la Fundación Fondo Kati ha dicho que Al-Faqi necesita saber que "le ha hecho daño no solo a Tombuctú" y, por ello, necesita que "no se reduzca al mal que cometió, es más, necesita de nuestra confianza, nuestro amor, nuestra solidaridad en esos momentos difíciles, necesitamos su ayuda para reconciliarnos con nosotros mismos y con él".

Así, la justicia "debe ser una reforma del hombre, una reeducación en función de los valores comunes rotos por el crimen porque existen otras formas de rendirles justicia a las víctimas y esas formas tienen que ver con el amor, la educación que llevan a la víctima y al criminal a trabajar juntos para que sea posible ir más allá del dolor y del crimen". "Al-Faqi tiene que participar en la reconciliación y en la construcción de la paz", ha añadido.

Según la información recopilada por Diadié en medios franceses y a la que ha aludido en su misiva, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y otras dos organizaciones malienses interpusieron una demanda en marzo de 2015 contra él y otros 14 yihadistas ante el tribunal de Bamako (Mali) "por torturas, muertes y violencias sexuales". Sin embargo, según ha explicado, la Corte Penal "no lo enjuició por esos motivos, y tiene que responder por la destrucción de los mausoleos". "Su pena podría alcanzar los nueve años de prisión o más", ha añadido.

Ante estos hechos, el presidente de la Fundación Fondo Kati ha recalcado que el Tribunal de Justicia es un espacio sociopolítico que responde "a la violencia por la violencia y no es fuente de paz, puesto que el hombre que comete una falta ya sufre y la justicia tiene que hacer que ayude a la sociedad que ha padecido su falta". "Así, el que comete una falta necesita reconciliarse consigo mismo, con su víctima y con la sociedad entera", ha reiterado.

EL TRASFONDO DE LA DESTRUCCIÓN

Por otro lado, Diadié ha añadido que la directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha considerado que la destrucción deliberada de la herencia cultural "es un crimen de guerra para difundir el miedo y el odio", lo que, según él, la destrucción deliberada del patrimonio tiene un trasfondo, "ya que existe un factor ideológico que prohíbe la edificación sobre las tumbas, uno económico alimentado por la voluntad de saquear algunos museos para enriquecer otros y uno de dominación que consiste en destruir el patrimonio del pueblo para quitarle toda referencia de memoria".

En este caso, Abou Tourab, a su juicio, "está solo ante la CPI por crímenes que reconoce y por los cuales ha pedido perdón y, además, es uno de los mayores poetas en lengua árabe de Tombuctú, después del cadí Adil Muhammad Mahmud Ould Cheick", ha precisado.

LOS HECHOS

Diadié ha relatado pormenorizadamente los hechos ocurridos, cuando el sábado 30 de junio de 2012, por la mañana, los yihadistas destruyeron el mausoleo de Cheihk Sidid El-Mokhtar y, después, fueron al cementerio de Alfa Moya, donde destruyeron su mausoleo. Además, acabaron con el mausoleo de Sidi Mahmud y tumbas de particulares.

El domingo 1 de julio de ese mismo año terminaron de destruir el mausoleo de at-Tuati y de tres santos más del mismo cementerio al oeste de la Mezquita del Viernes, llamada Djingareyber, construida por Es-Sahili de Granada a petición del rey Kanku Mussa.

Según ha proseguido, el 2 de julio por la mañana destruyeron la puerta de la mezquita de Sidi Yahya al-Tudeli al-Andalusí, donde "no encontraron nada detrás de la puerta". Fue el hijo de Diadié, Abdel Karim, quien constató que las tumbas de sus padres "habían sido destruidas al igual que la de Salama Yakouba", quien fuera la esposa del monje expulsado Dupuis Yakouba.

En Bamako, el director del Instituto Ahmed Baba de Tombuctú, Abdel Kadiri Maiga; el director de Savama, Abdel Kader Mamma Haidara, y el director del Fondo Kati, Ismael Diadié, se reunieron para pensar en el desplazamiento de los manuscritos de Tombuctú. "Decidimos desplazarlos fuera de la ciudad a lomo de burros, en piraguas, en moto".