SEVILLA 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Casa de las Sirenas acoge este lunes la presentación del libro 'Turismo y sostenibilidad urbana en la ciudad de Sevilla', de Macarena Hernández-Ramírez y Francisco Javier Escalera Reyes, profesores del Área de Antropología Social de la Universidad Pablo de Olavide (UPO).
Enmarcado en el proyecto UPO-Feder, la obra ofrece un análisis profundo sobre los efectos del turismo en el desarrollo urbano y pretende contribuir al debate sobre "los desafíos que enfrenta la ciudad en la búsqueda de un equilibrio entre el crecimiento turístico y la preservación de su identidad y sostenibilidad", tal como explica la UPO en un comunicado.
De importancia vital para el Producto Interior Bruto (PIB), el turismo también es crecientemente fuente de conflictos. En este desarrollo destaca desde hace varias décadas el aumento del turismo urbano. "Esta explosión está produciendo de manera acelerada la confrontación entre los actores, usos, intereses y funciones de las ciudades, que pone en riesgo la sostenibilidad urbana".
Es este el hilo conductor del presente libro, y de la investigación que, sobre el caso de la ciudad, hay detrás de él. El análisis se ha centrado en cuatro ámbitos clave: espacio público, vivienda, residuos y comercio-hostelería. Los resultados revelan la complejidad del impacto turístico en Sevilla, "donde no todas las áreas de la ciudad son afectadas de la misma manera ni en el mismo grado".
Como señalan los autores, Sevilla no es homogénea en este fenómeno, y el turismo produce efectos diversos según la zona y las características temporales y espaciales de cada barrio. "El estudio expone el dinamismo inherente a todo proceso social, y nos obliga a considerar las distintas escalas en las que el fenómeno turístico se despliega en un sistema abierto, complejo, en continuo cambio, tal y como es la ciudad", exponen los autores de la obra.
La publicación aborda de un modo u otro el "peligro" de la intensificación turística en el centro histórico de la ciudad, cuando su componente humano experimenta "un creciente proceso de conversión de vecino a turista" y la "amenaza" al potencial simbólico y de sociabilidad que, tradicionalmente, ha tenido la población, dando lugar al "extrañamiento" de la ciudadanía de su propia ciudad.
"A medida que Sevilla se sitúa en el mapa global como mercancía deja de ser espacio vivido para ser espacio consumido", declaran los autores.