Sevilla.- Tribunales.- El acusado de matar al taxista dice que su presunta cómplice "soñaba con cometer ese crimen"

Actualizado: lunes, 23 enero 2006 17:51

SEVILLA, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

El acusado Juan M.F., juzgado desde hoy por un jurado popular en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla junto a su presunta cómplice R.S.A. por el presunto asesinato del taxista Amador Guerrero en el verano de 2004, declaró que ésta, que era su compañera sentimental en el momento de los hechos, "soñaba con atracar, matar y quemar a un taxista dentro de su vehículo".

El juicio comenzó a las 10.00 horas con la presencia de numerosos familiares y allegados del fallecido, destacando su viuda, Aguas Santas F.M., y sus tres hijos, A.S.G.F., J.A.G.F. y J.B.G.F. Todas las partes se confirmaron en las conclusiones recogidas en sus escritos de calificación provisional, tanto la Fiscalía --representada por la propia fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra-- como la acusación particular y las defensas, destacando la petición de libre absolución para su cliente por parte de la letrada de Rocío S.A., Elena Miranda.

El argumento sostenido por Miranda es el "miedo insuperable" de la acusada por las continuas amenazas vertidas por Juan M.F. hacia su persona, "que le tenía abolido su libre albedrío" --pese a que, como señaló la fiscal jefe, ella nunca llegó a denunciar ningún tipo de amenaza ni maltrato--, así como la ausencia de delito por parte de su representada, puesto que el acusado siempre ha sostenido ser el único que empuñó el arma mortal. Por otro lado, el letrado de Juan M.F. incidió en la adicción a las drogas de su cliente, que lo convertían en una persona "no libre de sus actos", rebatiendo así la agravante de alevosía propuesta por el Ministerio Público y la acusación particular.

En el interrogatorio de R.S.A., ésta manifestó que su relación con el acusado se remontaba a un año y medio atrás, así como que ambos consumían "bastantes" sustancias estupefacientes. Negó categóricamente haber hablado con anterioridad de la idea de atracar a un taxista, y basó las contradicciones existentes en sus distintas declaraciones ante la Policía en que estaba "hasta arriba de pastillas y alcohol".

FUE EN EL TAXI "PORQUE ME IBA A QUITAR EL 'MONO'"

La encartada afirmó haberse ido con su pareja "porque estaba 'enmonada' y me dijo que me lo iba a quitar", y que durante todo el trayecto en el taxi de Amador Guerrero iba dormida. Cuando llegaron a la barriada del Gordillo, lugar de los hechos y que los acusados "conocían bien" por haber estado sometidos a tratamientos de desintoxicación en una clínica de la zona, Rocío S.A. bajó "amenazada" a comprobar si había dinero en el maletero, "y después cogí el macuto y me fui de allí con Juan".

Así, negó haber presenciado el presunto asesinato de Guerrero a manos de Juan M.F. o haber colaborado para meter el cuerpo del fallecido en el interior del maletero. También expuso no acordarse de si hizo llamadas telefónicas desde el móvil del taxista, que fue sustraído del vehículo tras los hechos. Sí declaró que tuvo "miedo" del acusado, al que "se le iba la olla" por la mezcolanza de sustancias estupefacientes consumidas, y que en la cárcel tomó la decisión de no continuar su relación con él, lo que motivó, según Rocío S.A., que éste dijera que la iba a "hundir" en el juicio.

DESAVENENCIAS ENTRE LOS ACUSADOS

Por su parte, Juan M.F. negó las intimidaciones y amenazas hechas públicas por su ex pareja, "por la que abandoné y llegué a insultar a mi madre, para que luego se quedara en el piso como una señorita y se lo dieran todo hecho", aunque sí admitió que en alguna ocasión le había dado "una cachetada", porque "se la había merecido".

Acusó a Rocío S.A. de incitarlo a cometer el crimen, llegando incluso a manifestar que poseía una carta "de puño y letra" de la acusada en la que exponía que "un sueño que ella tenía era el de cometer un atraco y matar luego al taxista, quemando el vehículo", a lo que manifestó haberse negado en un principio, "porque tengo muchos años de cárcel y sé las condenas que me hubiesen caído".

Con respecto a cómo sucedieron los hechos, el encartado manifestó haberle pasado el brazo alrededor del cuello a Amador Guerrero y puesto el cuchillo en el cuello "hasta un tope", con la intención de no pincharle, si bien admitió que "con los nervios le pude pinchar".

Con la ayuda cómplice de Rocío S.A., el acusado manifestó haber encerrado en el maletero al taxista, aunque luego tuvo que abrirlo para preguntarle algo, momento en el que, según la versión de Juan M.F., se inició un forcejeo que acabó con la muerte del conductor. Posteriormente, el acusado manifestó que, si bien en las primeras declaraciones había exculpado totalmente de los hechos a su ex compañera, se había dado cuenta de que era "una mala mujer con muchas clases de teatro encima".

En el juicio declararán, entre otras pruebas testificales propuestas, varios agentes de Policía, la madre del acusado y un amigo de la pareja, destinatarios de las llamadas realizadas desde el móvil del taxista, amén de varias pruebas periciales propuestas por las partes.

ADICCION A LAS DROGAS

Ambos imputados fueron detenidos por la Policía el 24 de septiembre de 2004. Según la investigación, él cometió la agresión definitiva con un cuchillo, del que quisieron deshacerse arrojándolo a un canal, pero que se quedó en la cuneta y fue recuperado en la inspección ocular.

Precisamente su adicción podría ser una de las atenuantes en su responsabilidad criminal durante la exposición en el juicio de los hechos. La pareja tomó el taxi en la avenida de la Barzola y le indicaron a Guerrero como destino la localidad de San José de la Rinconada (Sevilla). Antes de apuñalarle supuestamente por la espalda mientras el taxista huía, ambos le sustrajeron unos 275 euros y otros efectos, según mantuvo la Policía cuando los arrestó y los puso a disposición judicial.

El taxista recorrió 8,100 kilómetros en aquel trayecto después de que entrara al servicio a las 4.30 horas del 15 de agosto. Unos treinta minutos después, la pareja ahora imputada subió al vehículo en el que se desencadenó la mortal agresión, que motivó además diversas movilizaciones en la capital a cargo de los taxistas con motivo de la inseguridad en el sector.

La Fiscalía solicita 22 años de prisión para Juan M.F., de 32 años, al que se le imputa el asesinato, y 20 años para Rocío S.A., de 26 años, encartada como cómplice de su compañero y por un delito de robo con violencia, así como una indemnización de 93.166,95 euros para la viuda y 7.763 euros para cada uno de los tres hijos. Mientras, la acusación particular eleva la petición para ambos a 30 años de prisión.