SEVILLA 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a un total de 45 años --con penas de 13, 15 y 17 años-- a los tres acusados por el crimen del bar 'Los Camioneros' de Bellavista (Sevilla), en el que falleció el dueño del local de un disparo en la cabeza.
Fuentes del caso explicaron a Europa Press que los magistrados han condenado a David V.F. --el individuo que apretó el gatillo de la escopeta que terminó con la vida de Antonio Sevillano-- a 13 años de prisión por un delito de homicidio, a tres años por un robo en grado de tentativa con abuso de superioridad y a otros dos años por tenencia ilícita de armas.
Por su parte, Manuel R.Y. --amigo del anterior y hermano de la tercera acusada-- ha sido condenado a diez años por homicidio, a tres por tentativa de robo y a dos años por tenencia ilícita de armas; mientras que los jueces han impuesto a Ana María R.Y. --novia y hermana de los otros dos inculpados-- diez años por el homicidio y otros tres por la tentativa de robo.
Asimismo, la sentencia recoge que los tres acusados deberán indemnizar con unos 10.000 euros a cada uno de los hijos del fallecido y con más de 120.000 euros a la viuda por los daños causados.
La letrada de la acusación particular, Ofelia Liñán, explicó en declaraciones a Europa Press que una vez que analice la sentencia "en profundidad" decidirá si la recurre porque su tesis inicial, a la que en el juicio se adhirió el Ministerio Público, contempla que el suceso fue un asesinato y no un homicidio. Por este motivo, la abogada reclamaba penas de 27 años de prisión para los tres acusados pues, a su juicio, aunque sólo fuera uno de los procesados el que apretara el gatillo, los otros dos fueron "cooperadores necesarios".
RECONOCEN QUE IBAN A ROBAR PERO NO A MATAR
Los tres acusados reconocieron en sus respectivas declaraciones que pretendían robar en el establecimiento porque estaban "encocados" y no tenían dinero, si bien alegaron que su intención no era la de matar a Antonio Sevillano, en cuyo cuerpo, según explicaron los forenses, no había señales de lucha.
Por su parte, un testigo protegido aseveró por videoconferencia que había escuchado a los acusados hablar del robo con una tercera persona "días antes". Sostuvo que posteriormente les escuchó decir que "la escopeta --que dijo no haber visto-- la habían tirado a un lago", que "la moto la habían quemado" y que incluso la procesada "había ido a la peluquería para cambiar de imagen".
LOS HECHOS
El suceso tuvo lugar sobre las 1.30 horas del 27 de noviembre de 2005 cuando Ana María R.Y., su hermano Manuel y David V.F. se dirigieron al citado bar para robar. Así, al llegar al bar, la acusada entró en el mismo con objeto de vigilar los movimientos del propietario del establecimiento mientras los otros dos acusados esperaban en una calle próxima, hasta que, al comprobar que ya no quedaban clientes y el dueño del bar se disponía a cerrar el local, salió del mismo para avisar a sus cómplices.
De esta manera, uno de los imputados, mientras los otros dos exigían la entrega del dinero de la caja, apuntó con el arma a la cara de la víctima y disparó a "quemarropa" a A.S.M., quien falleció de manera instantánea. Finalmente, los acusados se dieron a la fuga sin el dinero que intentaron robar deshaciéndose al mismo tiempo del arma empleada, que no ha podido ser hallada.