Vox alega el primer testimonio del dueño del PrinciPico y achaca su "cambio de versión" a "miedo a represalias"

La portavoz del Grupo Municipal Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, Cristina Peláez
La portavoz del Grupo Municipal Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, Cristina Peláez - VOX - Archivo
Publicado: domingo, 10 enero 2021 13:12

Asegura que el empresario dijo que iba a "denunciar" a Cabrera y recuerda que el restaurante cuenta con una concesión municipal

SEVILLA, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

Ante la reunión celebrada entre el concejal de Gobernación y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, el socialista Juan Carlos Cabrera, y el responsable del restaurante Princi.Pico, Roberto Murados, quien finalmente ha negado que el edil reclamase nada fuera de lo permitido cuando acudió al establecimiento con su familia y ha descartado además que el mismo dijese expresiones xenófobas, Vox ha asegurado que tras el mencionado incidente, el empresario comunicó al partido que iba a "denunciar" al concejal, considerando que su "cambio de versión" podría deberse a "miedos a posibles represalias por parte del Gobierno Municipal", por lo que insiste en reclamar "explicaciones" a Cabrera.

En concreto, Vox había reclamado "explicaciones urgentes" a Cabrera, asegurando que "testigos" le atribuían un "sonoro altercado con los trabajadores y responsables del restaurante porque no le dieron la mesa que él quiso", avisando además de un supuesto "abuso de poder" bajo la premisa de que el edil habría ordenado una "inspección policial exprés" en el negocio como represalia y acusando igualmente al edil de "insultos racistas y xenóbofos" hacia los miembros del establecimiento.

Cabrera, de su lado, exponía que "ni hubo insultos racistas, ni amenazas, ni se exigió ningún trato de favor", narrando que junto con sus familiares había solicitado una mesa para diez personas y el día de Reyes las normativas emitidas por la Junta de Andalucía para el sector hostelero permitían tal extremo. A raíz de la negativa del negocio a facilitar la mesa, "los responsables del establecimiento insultaron" a sus familiares y "negaron" la hoja de reclamaciones cuando fue solicitada, tras lo cual fue alertada la Policía Local pero él ya no estaba allí cuando los agentes llegaron, según Cabrera.

UN "ERROR" Y UN "MALENTENDIDO"

Después de eso, este pasado sábado se celebraba una reunión entre Cabrera y el responsable del restaurante. Al término del encuentro, el abogado del establecimiento, Joaquín Moeckel, explicaba a Europa Press que el empresario hostelero ha manifestado que en efecto, aquel día estaba permitido servir mesas de hasta diez personas y que medió un "error" por parte del restaurante, aludiendo a un "malentendido", derivado después en una "discusión" y finalmente en una "desagradable situación para todas las partes".

El abogado, en ese sentido, exponía que el responsable del restaurante ha señalado finalmente que Cabrera no profirió ningún comentario xenófobo o racista, destacando la voluntad de "aclarar" el incidente y zanjarlo y precisando que corresponde a "otro foro lo acontecido de forma tangencial" al citado conflicto, en alusión a la llegada de la Policía Local al establecimiento.

Ante todo ello, la portavoz municipal de Vox, Cristina Peláez, ha opinado que "no tiene justificación alguna la nueva versión del dueño del restaurante", exponiendo que Vox acudió al establecimiento el día después del incidente y se puso "directamente en contacto con el dueño del restaurante, conociendo de primera mano con pelos y señales los insultos que según el empresario le dirigió el delegado, así como la extraña y larguísima inspección sin motivo aparente".

VOX ESGRIME EL TESTIMONIO INICIAL DEL EMPRESARIO

"Incluso dijo que en ese momento se dirigía a la comisaría de la Policía Nacional a poner una denuncia contra Cabrera", asegura, sospechando que no sería "nada casual el cambio de versión de los sucesos por parte del empresario".

Dado que el citado local de hostelería lleva a cabo su actividad gracias a una concesión municipal, pues está enclavado en el Parque de Los Príncipes, y por tanto su mantenimiento y futura renovación depende "directamente" del Ayuntamiento de Sevilla, mediante los procedimientos reglados que regulan las concesiones y contrataciones públicas y merced a los correspondientes pliegos oficiales, Peláez considera que en este "cambio de versión" podrían pesar "miedos a posibles represalias por parte del Gobierno Municipal" del PSOE.

A tal efecto, ve matices "mafiosos" en el citado encuentro entre Cabrera y el dueño del restaurante. "Sólo así puede explicarse el cambio de opinión del dueño de un restaurante cuyo trabajo depende del Gobierno municipal, ya que la concesión del local es de carácter administrativo", asevera frente al "malentendido" alegado por el empresario. "Ahora más que nunca necesitamos una explicación de Cabrera. ¿Qué pasó el 6 de enero y qué sucedió en esa reunión?", ha preguntado Peláez retóricamente, planteando la incógnita de "qué versión" del empresario creer.

Así las cosas, ante la reunión celebrada entre Cabrera como "cliente" del establecimiento según recordaba el abogado del mismo y el empresario, Cristina Peláez reclama a Cabrera "una explicación convincente, pública y sin reuniones clandestinas", solicitando al alcalde, el socialista Juan Espadas, que le "destituya" si no es así.

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