ZARAGOZA, 17 May. (EUROPA PRESS) -
La firma digital empieza a implantarse entre las pymes aragonesas. El Servicio de Asesoramiento en Tecnologías de la Información (SATi), que gestiona la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza, ofreció el año pasado asistencia técnica a más de 1.600 pymes y autónomos. Entre los resultados del servicio destaca el impulso registrado en los últimos seis meses en la implantación de los certificados digitales en pequeñas y medianas empresas y autónomos: más de 750 utilizan ya la firma electrónica que emiten las Cámaras de Comercio.
El SATi (www.satipyme.com) nació para dar respuesta a las necesidades de las pymes y micropymes sobre tecnologías de la información. El servicio, que se desarrolla en colaboración con el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón, asesoró en materias tan diversas como firma electrónica, formación, networking, Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) y Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), y subvenciones, entre otros aspectos. Además, realizó consultoría para 101 pymes, a las que elaboró un plan de mejora en tecnologías de la información, e integró en su marketplace a 104 empresas.
El creciente interés por el certificado digital, debido a la confianza y seguridad que genera, ha situado a Zaragoza entre las 10 provincias con mayor número de firmas electrónicas emitidas. Otro factor decisivo es que las empresas encuentran cada vez mayor número de utilidades para los certificados digitales, desde las relaciones con la Administración a las comunicaciones internas en los grupos empresariales.
GESTIONES ON LINE
El uso del certificado digital de Camerfirma está condicionado a las plataformas que las distintas administraciones ofrecen para la gestión on line. Después de la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el Ministerio de Industria, ahora también se pueden realizar las gestiones de boletines de instalación de fontaneros y electricistas en Aragón a través de Internet.
El certificado digital confiere la misma validez jurídica que a la firma manuscrita, y por tanto las utilidades son ilimitadas. Sirven para firmar cualquier documento, factura, presupuesto, contrato o documento que hasta ahora requieren la firma física. Un uso de gran potencial es la factura electrónica, que en pocos años se extenderá a todas las empresas, pues ahorra y simplifica el proceso de facturación.
