ZARAGOZA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ha pedido a la sociedad aragonesa que se conciencie en la aplicación de alternativas a las sujeciones físicas y químicas de personas mayores que se aplican en centros de atención sociosanitaria y domicilios.
Así, en una rueda de prensa en la sede del Justiciazgo en Zaragoza, ha asegurado que en muchos centros se mantiene a las personas mayores con sujeciones de carácter físico --dispositivos que evitan la libertad de movimientos-- y químico --fármacos que disminuyes la movilidad-- que a veces son innecesarias.
Con la intención de concienciar y "poner voz a los que no tienen voz", la institución del Justicia de Aragón, en colaboración con la Fundación Cuidados Dignos, han organizado este miércoles una jornada en la que han presentado la 'Guía para la eliminación de sujeciones físicas y químicas en centros de atención sociosanitaria y domicilios', realizada por ambas instituciones.
El Justicia ha subrayado como en el conjunto de España, en el año 2011, el 23 por ciento de las personas mayores que viven en residencias lleva alguna sujeción restrictiva. No obstante, ha apuntado que en Aragón estos datos no son tan negativos.
García Vicente ha afirmado que el Hospital Miguel Servet mantiene un protocolo "reconocido a nivel nacional" para evitar sujeciones innecesarias y ha destacado que sólo se producen unas 20 sujeciones al año en psiquiatría y unas 650 en urgencias, pero estas no duran más de 24 horas.
También, ha explicado que, aunque se carecen de datos oficiales en residencias, la institución del Justicia cuenta con una asesoría que, desde hace 13 años, visita este tipo de centros y "cuando detecta algo raro lo manifiesta".
"Hay que concienciar a la sociedad, las sujeciones tienen que ser para proteger a los mayores no a los que trabajan en los centros", ha insistido el Justicia.
CENTROS Y HOGARES
Por su parte, la presidenta de la Fundación Cuidados Dignos, Ana Urritia, ha reiterado la importancia de llevar esta concienciación no sólo a los centros de cuidados, también a los hogares. En este sentido, ha manifestado que la Fundación se ha creado con la intención de concienciar y de ayudar a las residencias y hospitales a "erradicar" las sujeciones.
Para eliminar las sujeciones ha resaltado que se deben tener en cuenta cuatro pilares: cambio cultural de las organizaciones y de la sociedad, la creación de un proyecto conjunto, trabajar con las familias y favorecer la vigilancia.
"Es necesario un cambio cultural en las organizaciones y en la sociedad para intentar dejar de ver la sujeción como un recurso, hay que basarse en los derechos que tienen la personas y no en un exceso de proteccionismo", ha detallado.
Asimismo, ha apostillado que se debe motivar a la organización (residencia, hospital o centro de día) para "hacer un proyecto conjunto y generalista", de manera que las sujeciones "no sean sólo un tema médico".
En lo que se refiere a trabajar con las familias, ha incidido en que es "muy importante", ya que muchas veces, en los propios hogares, se tiende a usar sujeciones, "en la mayoría de las ocasiones por un intento de proteger excesivamente a la persona mayor".
FAVORECER LA VIGILANCIA
Además, Urritia ha indicado que muchas veces las sujeciones se puede evitar "favoreciendo la vigilancia". En este sentido, ha puesto como ejemplo el caso de una mujer que, manteniéndola vigilada en una residencia, consiguieron quitarle parte de las sujeciones que llevaba y que permaneciese calmada.
Esto sucedió cuando una mujer ingresó en una residencia después de haber pasado por otra, en la que ya había autorizado su sujeción física con cinturón y barra de cama. Una vez en el nuevo centro, aún con el sistema de seguridad, logró saltar por encima de la cama y se rompió la cadera y el hombro, ha relatado Urritia.
Ante esto, la residencia decidió quitarle el cinturón, situarle la cama más cercana al suelo, proteger toda la estancia y aumentar la vigilancia.
"Los primeros días la señora tendía a levantarse de la cama, un sensor avisaba de cuando lo hacía para que una cuidadora fuese y le explicase que no debía levantarse y, a la semana, la señora ya no intentaba salir de la cama", ha recordado.
CONTENCIÓN MECÁNICA
Por otro lado, el director de Gestión y Servicios Generales del Hospital 12 de Octubre de Madrid, José Nieves González, ha impartido en la Jornada sobre sujeciones la ponencia 'La contención mecánica en el ámbito de la atención especializada'.
En esta jornada, ha contado a los asistentes el protocolo que se desarrolla en el Hospital madrileño "donde la concentración de pacientes es muy alta pero también son altos los recursos".
González ha informado de que hay que entender que la contención mecánica sólo es opción en "casos excepcionales" y bajo situaciones "urgentes", una regla que el centro hospitalario aplica desde el año 2002.
También ha destacado que a la hora de aplicar estas medidas se debe informar tanto a familiares como al propio paciente, para que sean conscientes de la situación y de las razones por las que se han aplicado.
Por último, ha matizado que este tipo de medidas tienen que llevarse a cabo bajo un "rigurosos control" y siempre desde "un punto de vista asistencial" ante un "acto único de primera magnitud, excepcional y de poca duración".
MONODOSIS
Para hacer frente a los problemas de sujeciones, algo en lo que han coincidido tanto el Justicia de Aragón como la presidenta de la Fundación Cuidados Dignos y el director de Gestión y Servicios Generales del Hospital 12 de Octubre, es en prescripción médica a través de monodosis o dosis muy medidas.
Esto se debe a que, según el Justicia de Aragón, que se prescriban menos dosis "facilitaría el control de sustancias que en algunos casos se usan en perjuicio de las personas mayores para que no creen problemas".
Otra medida que ha señalado el Justicia de Aragón ha sido la creación de leyes que planteen la sujeción desde un punto de vista legal, independientemente de que los hospitales ya tengan su propio protocolo.
La Guía que han editado la institución Justicia de Aragón y la Fundación Cuidados Dignos cuenta con una edición de más de 1.000 ejemplares que se repartirán entre hospitales y residencias.
