El Museo Goya de Fundación Ibercaja incorporar un nuevo retrato inédito del Fuentetodos

La pieza "refuerza el discurso expositivo" del museo "y supone un jalón importantísimo para el conocimiento de Goya como retratista"

El director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; la directora del Museo Goya, Rosario Añaños, y el especialista Arturo Ansón, contemplan el nuevo retrato de Goya incorporado a este espacio.
El director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; la directora del Museo Goya, Rosario Añaños, y el especialista Arturo Ansón, contemplan el nuevo retrato de Goya incorporado a este espacio. - EUROPA PRESS
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Publicado: miércoles, 15 junio 2022 13:06

ZARAGOZA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Museo Goya de Fundación Ibercaja, en Zaragoza, suma ya 24 obras del autor de Fuendetodos --23 pinturas y un dibujo--, tras incorporar ese miércoles, 15 de junio, un retrato hasta ahora inédito, realizado en 1783 al duque de Alba y Marqués de Villafranca, José Álvarez de Toledo Osorio y Gonzaga. Hay que añadir, además, las series completas de grabados realizados en 1778 a 1825.

El retrato es un óleo sobre lienzo y ha sido presentado por el director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo; la directora del Museo Goya, Rosario Añaños, y el doctor en Historia del Arte y autor del estudio histórico-artístico de la obra, Arturo Ansón. La obra pertenece a una colección privada, que la ha cedido al museo para su colección permanente.

El director general de Fundación Ibercaja ha agradecido el compromiso gratuito y voluntario hacia la sociedad de los propietarios que ceden sus obras, "que hace una acción social y cultural" para el disfrute de todos y ha animado a otros propietarios de colecciones privadas a ayudar a su entidad en la labor de "difundir el arte y el patrimonio español".

También ha anunciado que a lo largo del año se producirá "alguna otra noticia como la de hoy" y ha explicado que estas acciones se enmarcan en su propósito de ser un museo "referente internacional" en la obra y figura de Goya, algo para lo que ya se está en el "camino".

En este contexto, ha agradecido la "excelente" labor de conservación y difusión de la obra de Goya de los responsables y trabajadores del museo, un centro "dinámico, vivo y al servicio de la población".

Sobre el nuevo retrato, ha dicho que está "en perfecto estado de conservación" y sobre él se ha hecho un "minucioso" estudio histórico-artístico, que se ha editado en una publicación, en español e inglés.

CARACTERÍSTICAS DE LA OBRA DE GOYA

El autor del estudio, Arturo Ansón, ha contado que conoció esta obra en la primavera de 2017, "cuando, por medio de un amigo común, los propietarios me dieron acceso a poderlo verla", y tras ser sometida a un proceso de limpieza, "demostró que está en un estado perfecto de conservación" y tenía unas características comunes en las obras de Goya.

Por una parte, ha dicho que la preparación y el tipo de lienzo "son los que utilizaba Goya en los primeros años de su trayectoria como retratista; es la misma preparación de la serie de retratos que hace en el verano de 1783 y 1784 en Arenas de San Pedro para el Infante don Luis de Borbón y su esposa, la zaragozana María Teresa de Ballabriga".

Además, el retrato presenta unas características formales "ineludiblemente referidas" a Goya "y no a otro retratista español o extranjero de esa época", ha remarcado Ansón. Ha detallado que hasta su identificación como obra del de Fuendetodos, se consideraba de autor anónimo.

Ha apuntado también que están presentes algunos de los rasgos peculiares de Goya, como "la manera de dar las luces con un pincel desgastado, con toques sencillos" y el tratamiento del cuello y el corbatín, "con unos toques dados con brocha de forma suave".

Ansón ha estimado que esta pieza es una "obra importante para el conocimiento de los inicios artísticos de Goya como retratista" y es diferente a los retratos que efectuó al mismo personaje entre los años 1794 y 1795, que se exhiben en la actualidad en el Instituto de Arte de Chicago y el Museo Nacional del Prado, obras de mayor tamaño. En este caso, el retrato es de 52,5 por ciento 42,7 centímetros.

SENCILLEZ

El especialista ha manifestado que es un retrato "sencillo", en el que se huye "del aparato", ya que los cortinajes o la ambientación de interior la usará Goya para retratar, por ejemplo, a los reyes, pero no a la aristocracia o la burguesía.

El de Fuendetodos "busca la sencillez, que el retratado sea el protagonista" y se aproxima a él con "cierta idelización", "pero siempre de forma naturalista y espontánea", mostrándolo "relajado e inmediato, no envarado, ni rígido", con fondos con degradados tonales, permitiendo centrar la mirada en el rostro.

Ansón también ha mencionado detalles que se pueden destacar, como la casaca de verano que viste el duque de Alba, "a la moda en esos años", de seda y color pulga, procedente de la última moda de París, y un pelo natural, si bien, siguiendo la moda francesa, está "peinado, cardado y empolvado", aunque en la parte de atrás del cuadro se ve la coleta, que nuestra su pelo oscuro.

El protagonista de la obra es un hombre joven, "de unos 26 años" y podría haberlo pintado Goya "hacia mayo, junio o julio de 1783, justo antes de ir a pintar a Arenas de San Pedro a la familia del Infante don Luis de Borbón", ha observado Ansón, que ha considerado que el duque de Alba fue quien hizo de nexo para "llevar a Goya a Arenas de San Pedro".

Goya lo conocía por tener conocidos comunes, así como por ser el más joven consiliario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Casado con la duquesa de Alba, también retratada por el pintor de Fuendetodos, fue un joven amante de la música y las artes y con gran formación intelectual.

FORMATO

Ansón ha comentado que el formato original de la obra era octogonal, pero una radiografía, realizado por Artelab, demuestra como en un momento determinado, "posiblemente a lo largo del siglo XIX, le añadieron unas esquiniñas para transformarlo".

Ha situado esta pintura en el momento de sus primeros retratos, hacia los años 1782, 1783 y 1784, tras su estancia en Zaragoza pintando la cúpula Regina Martyrum de la Basílica del Pilar y después de los cinco años que había dedicado casi en exclusiva a pintar cartones para tapices.

Según ha relatado, puesto que la guerra con Inglaterra impidió comprar esos cartones y tapices, "reorienta" su actividad profesional hacia la pintura y el retrato. Su fama fue agrandándose hasta convertirse desde 1785 en el mas cotizado.

Ansón ha glosado que el de Fuendetodos ya había demostrado ser un retratista "extraordinario" cuando elaboró su autorretrato, en 1975, nada más llegar a Madrid. Precisamente, el Museo Goya de Fundación Ibercaja exhibe ambas obras una a lado de otro. "Gran acierto haberlos colocado juntos", dos obras de unas dimensiones similares, ha comentado el especialista.

REFUERZA EL DISCURSO EXPOSITIVO

La directora del Museo Goya, Rosario Añaños, ha sostenido que este retrato "refuerza el discurso expositivo" del museo "y supone un jalón importantísimo para el conocimiento de Goya como retratista,
sobre todo cuando comenzó su relación personal con personas destacadas de la aristocracia, como el conde de Floridablanca, la familia de Luis de Borbón y su esposa, los jóvenes duques de Alba, los Peñafiel, duques de Osuna.

Ha comentado que desde 2016 o 2017 el museo ha impulsado esta acción de recibir obras de Goya, habiendo reunido unas siete, sobre las que se han hecho los estudios e informes correspondientes, con la aprobación del patronato de la entidad. En total, este museo expone 533 obras en sus diferentes salas.

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