AZUARA (ZARAGOZA), 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La localidad zaragozana de Azuara celebra mañana sábado, 11 de noviembre, el 50 aniversario del fusilamiento del último guerrillero republicano Doroteo Ibáñez Alconchel, vecino del municipio asesinado el 10 de noviembre de 1956.
Los actos comenzarán a las 12,00 horas, con la inauguración en el cementerio del municipio de la estela en recuerdo de Doroteo Ibáñez, y, posteriormente, se inaugurará también, en la asociación Fendejo del callizo, 'Los Maños'.
A las 17,30 horas, el salón de plenos del ayuntamiento acogerá la conferencia 'La AGLA, Los Maños, y Doroteo Ibáñez', que correrá a cargo del investigador de la Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón (AGLA), Salvador Cava; del presidente de La Gavilla Verde, Pedro Peinado; del guerrillero José Manuel Montorio; y del investigador Miguel Marco.
Doroteo Ibáñez nació en Azuara el 5 de febrero de 1913, lugar en el que paso su infancia y adolescencia. Durante 1934 cumple el servicio militar en Calatayud, regresando a su localidad natal una vez finalizada su obligación con la patria. Fue en Azuara donde le sorprendió el levantamiento militar que provocó la guerra civil.
Sus ideas republicanas le comprometieron políticamente y se alistó en el ejercito que defendía la legalidad de la República; de hecho, su división, la 27, era comunista. En esta división Doroteo Ibáñez participó en la batalla de Zaragoza, en la de Teruel, y en la rotura del Frente de Aragón, y resultó herido en Lérida.
Cuando aun estaba convaleciente en Cataluña, ésta fue tomada por las fuerzas sublevadas y el guerrillero tuvo que abandonar el país en febrero de 1939, dirigiéndose a Francia. Sin embargo, comenzada la II Guerra Mundial, el país galo fue invadido y ocupado por las tropas de la Alemania nazi, sus potenciales enemigos, por lo que mediada la contienda Ibáñez se incorporó al Maquisard francés, contribuyendo en 1944 a la liberación de Francia. En 1945, fue instruido en un cursillo de técnicas guerrilleras, para introducirse en la España franco-falangista y derribar al dictador y a su régimen.
Siguiendo ese plan, Ibáñez regresó a España. Durante 18 meses pudo comprobar la dureza de vivir en el monte, perseguido, basando su existencia en escasos puntos de apoyo civiles que le abastecían. En ese tiempo su labro consistió en realizar sabotajes, ocupaciones de pueblos, actos propaganda, atracos, y en evitar a la Guardia civil.
En mayo de 1947, fue nombrado enlace general de la agrupación guerrillera con el partido comunista en el exilio francés, tarea que cruzando Aragón, realiza hasta finales de 1950, ayudando a pasar armamento, usando documentación falsa, e intentando conseguir dinero. Ya por aquel entonces, el fracaso de la guerrilla era evidente, y la represión era salvaje y brutal.
Poco a poco Doroteo Ibáñez perdió su fe en los postulados comunistas y no tardó en pedir ser relevado de su puesto en el 'frente'. La cúpula del partido le dió entonces la espalda y el aragonés debió salir adelante sólo.
Finalmente, en septiembre de 1952, fue detenido por los gendarmes y puesto a disposición de la dictadura que nunca antes lo había podido detener. Dos consejos de guerra en Zaragoza le condenaron a sesenta años de reclusión, y un nuevo consejo de guerra, esta vez en Valencia, lo sentenció a la pena capital, que se efectuó en la prisión de Paterna en la madrugada del 10 de noviembre de 1956.
