El Arzobispo de Oviedo pide que no se instrumentalice la muerte "con campañas partidistas"

Jesús Sanz Montes, en el Arzobispado
EUROPA PRESS - Archivo
Publicado: jueves, 11 abril 2019 11:55

OVIEDO, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha pedido en su carta semanal que no se instrumentalice la muerte "con campañas partidistas que quieren provocar el voto de los difuntos a los que se anticipa su final con una ley de la eutanasia".

En la carta, el Arzobispo ha hecho un llamamiento en defensa de la vida "del no nacido, la vida del que nació y puede atravesar pruebas y desafíos duros por mil motivos, y la vida del que se aboca a la muerte por enfermedad o por tener edad con muchos años". "Toda la vida nos interesa y es defendida en todos sus tramos", ha resaltado.

Así, recuerda que la Iglesia "jamás" ha propiciado "el ensañamiento de ese momento final", sino que acepta que la vida termina temporalmente "y no es justo ni querido por Dios que sea alargada artificialmente".

"Ahí entran los deseables cuidados paliativos, que no tienen apenas más que una ley incipiente, y que ofrecen a las personas terminales un final acompañado por sus seres queridos, sostenidos en sus dolores con la ayuda de fármacos y terapias paliativas, sin excluir los recursos espirituales", ha defendido.

En su opinión, "rodear de este amor, de esta cercanía, de estos remedios a quienes entran en su último tramo vital, es lo que resulta en nobleza una muerte digna, aunque tenga un coste económico para los presupuestos hedonistas, evitando las prisas demagógicas de quienes con la eutanasia ponen a votar a los más vulnerables".

"Los cristianos creemos en la vida porque en ella palpita el soplo de su divino Creador, y por doquier descubrimos su firma de autor cuando tenemos la mirada inocente que han tenido los santos, y cuando con ellos acertamos a cantarla y pintarla con talento musical, literario y pictórico propio de los artistas en todas sus artes", ha señalado, para después afirmar que la vida "no es solo cuestión de fe, sino de respeto y de lealtad ante el don más grande y absoluto humanamente hablando".

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