Héctor Salvador cree que explorar el fondo oceánico proporcionará las respuestas a "grandes enigmas de la humanidad"

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El director técnico y de operaciones de Tritón Submarines EMEA, S.L, Héctor Salvador, interviene en un encuentro informativo de Europa Press en Oviedo junto al consejero de Ciencia, Borja Sánchez, y el delegado de Europa Press Asturias, Pedro Martín. - JORGE PETEIRO - EUROPA PRESS
Publicado: viernes, 12 noviembre 2021 14:35

Destaca que sin la "gran capacidad" de la industria española, habría sido "imposible" llegar al abismo de la Sirena

OVIEDO, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ingeniero aeronáutico y piloto de sumergibles Héctor Salvador ha asegurado este viernes que la exploración del fondo oceánico proporcionará las respuestas a "grandes enigmas de la humanidad". Salvador, primer español en descender al abismo de la Sirena que, con una profundidad de 10.706 metros, es el segundo punto más profundo de la fosa de las Marianas y el tercero del mundo, ha explicado que probablemente el abismo oceánico sea la "última frontera que queda por explorar" en el planeta.

Héctor Salvador, director técnico de operaciones de Tritón Submarines EMEA, ha protagonizado este viernes un encuentro informativo organizado por Europa Press en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. Acompañado por el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado, Borja Sánchez, ha remarcado que queda "muchísimo por hacer" en la exploración de los océanos. Para ello, ha apostado por la colaboración entre la iniciativa privada y los organismos científicos para estudiar las extracciones que se llevan a cabo en las misiones de inmersión.

"Espero que toda la materia que se está extrayendo dé resultados importantes", ha confiado, poniendo en valor que la expedición que protagonizó fue la primera en la que se pudieron tomar muestras de rocas, fangos y bacterias del fondo del océano.

El piloto Héctor Salvador (Lugo, 1983) descendió el pasado 18 de abril al fondo del abismo a bordo de un sumergible como especialista de misión y copiloto del australiano Tim Macdonald. Tuvo que bajar, explica, porque uno de los módulos que sirve de baliza en la misión y que toma muestras del agua, se quedó atascado. Con esta operación, Salvador batió el récord de España de profundidad. La inmersión, que se prolongó por más de 12 horas, se llevó a cabo en el sumergible DSV Limiting Factor, un vehículo en cuyo desarrollo Salvador trabajó durante cuatro años y que es capaz de trabajar en las condiciones extremas de la zona hadal --que está por debajo de la zona abisal--, con el que se ha visitado el punto más profundo de los cinco océanos en la expedición Five Deeps de 2019.

"En el descenso intentas no pensar en ello", explica, pero es una experiencia "realmente sobrecogedora". Después de las cuatro horas y media de descenso en caída libre, en condiciones de silencio y oscuridad, Héctor Salvador explica que cuando se encendieron las luces del batiscafo lo primero que pudieron observar él y su acompañante era lo más parecido a un "paisaje lunar". "Lo primero que vimos fueron las figuritas de arena que hacen los gusanos, es muy emocionante ver que según llegas hay formas de vida que prosperan en este entorno", ha resaltado.

Pudieron observar también el comportamiento de las placas tectónicas y la grandes rocas basálticas de formación reciente. "Es impresionante ver cómo se está destruyendo la corteza más antigua del planeta en los bordes del Pacífico", señala, destacando lo "bonito" que es observar cómo estas nuevas rocas estaban "completamente cubiertas de anémonas".

"ENCONTRAR BASURA EN EL PUNTO MÁS PROFUNDO DEL OCÉANO TE PARTE EL CORAZÓN"

Pero el investigador ha explicado que no solo han podido apreciar formas de vida en las profundidades del océano. "Lo segundo que vimos fueron restos de basura, cables de anteriores misiones no tripuladas, esto te parte el corazón", ha reconocido, lamentando que no haya "ni una sola inmersión" en la que no hayan encontrado restos de basura humana.

Esto constata, en su opinión, que "no hay ni un punto del planeta" que la mano del ser humano no haya "estropeado". Es por ello que el ingeniero ha remarcado que "todos jugamos un papel en este proceso". "Hay quien piensa que vive lejos del mar y no es parte del problema", reflexiona, pero en lo que no se piensa es en que al océano llegan los ríos con los residuos que tienen, y las aguas que arrastran basura de los montes. Ha explicado que alguno de los organismos que recogieron en la Fosa de las Marianas "tenía el estómago lleno de plástico".

Los océanos y todo lo que albergan "tiene impacto en nuestra vida", al ser el sumidero del dióxido de carbono de la Tierra, así como la fuente de regulación de la temperatura del planeta. También la cadena alimentaria parte de los océanos. Siendo tan relevante para la vida humana, Héctor Salvador reconoce que es "muy sorprendente" que hasta el siglo XXI la humanidad no se haya preocupado de investigar esta zona, "cuando tiene un impacto directo" en la vida humana.

DESTACA LA "GRAN CAPACIDAD" DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA

Esta expedición, ha destacado, no habría sido posible sin la "gran capacidad" y la "ingenuidad" española, ya que para la construcción del batiscafo eran necesarias unas piezas de titanio que soportaran la presión externa de 1.400 atmósferas. Cuando preguntaron a la compañía considerada como la mejor mecanizadora de titanio del mundo, ubicada en California, les dijeron que lo que pedían era "ciencia ficción". "Habéis soñado demasiado rápido", recuerda que le dijeron.

Fue entonces cuando Salvador pensó que ese era el fin del proyecto, hasta que encontraron una empresa en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que creyó que era posible. "Es esa ingenuidad española, esas ganas de asumir el reto, lo que salvó el proyecto", ha reconocido. A raíz de esto, ha explicado, su empresa pasó de contar en Barcelona con una oficina en la que solo estaba él como piloto, a tener un astillero de sumergibles con 15 empleados. Ahora están construyendo el segundo sumergible de investigación fabricado al cien por cien en España.

El sumergible con el que bajaron a la Fosa de las Marianas se puso en alquiler para que, quienes quieran, "pagando una cantidad bastante elevada" compren billetes y bajen al abismo. Esto permite además invitar a investigadores, con lo que queda en evidencia que "el turismo subacuático está financiando la investigación científica". "Es un modelo bastante curioso de mecenazgo", ha dicho.

La humanidad, ha remarcado, tiene una "segunda oportunidad" con los océanos y sus habitantes, para conocer la biodiversidad marina. "Todavía no nos conocen como un peligro", ha explicado, como sí ocurre con los animales que pueblan la Tierra.

Así, ha explicado que en uno de sus descensos tuvo un encuentro con un calamar gigante en el que, durante 22 minutos, se produjo un "contacto directo" en el que el animal experimentó la misma curiosidad que los tripulantes del batiscafo. Ha reconocido que "no habría mayor sueño" para él que llevar estos submarinos a las costas del Cantábrico y poder descender los 4.000 metros de profundidad del Cañón de Avilés.