Los Ilegales se despiden de su público madrileño con un recital de tres horas en una abarrotada sala Penélope

Actuación d'Ilegales.
EP
Actualizado: domingo, 12 diciembre 2010 11:26

MADRID/OVIEDO, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

Nadie se creía ya que el del 11 de diciembre en Madrid sería su último concierto, como Jorge Martínez se había empeñado en hacer creer. Todo el personal estaba al corriente de que ya suenan fechas de nuevos bolos en enero. Pero aún así, la Penélope se abarrotó como si se tratase de la definitiva de los Ilegales.

A las nueve menos cuarto empezaron los rugidos del público, recordando que ya iba un cuarto de hora de retraso. Tardaron un poco más en salir del escenario. Pero cuando lo hicieron, los acordes del guitarrista asturiano anunciando 'Yo soy quien espía los juegos de los niños' abrieron un recital que ya no paró hasta la medianoche, momento en que 'Destruye' puso el punto y final.

El veterano conjunto gijonés hizo vibrar ayer a su no menos veterano público madrileño, con una triunfal y supuesta despedida de la capital que encandiló a la masa, gajes del oficio incluidos. El más descarado, el de 'Regreso al sexo químicamente puro', tema que Martínez no quiso acabar después de dos intentos porque no se acordaba de la letra.

No le falló la memoria en el resto de los clásicos: 'Agotados de esperar el fin', 'Hola mamoncete', 'Enamorados de Varsovia', 'Ella saltó por la ventana', 'Soy un macarra' o, como no, 'Tiempos nuevos' fueron desfilando entre saltos y puños levantados de un público que disfrutó de lo lindo, incluso aquellos a los que impidieron ver toda la actuación las dos columnas que flanquean el escenario de la sala. No había sitio para más.

Jorge Martínez (guitarra y voz), Alejandro Blanco (bajo) y Jaime Belaustegui (batería) no estuvieron solos. El conjunto reservó espacio al rhythm and blues, dando entrada al saxofonista Juan Flores y al teclista Xuan Zem, para ofrecer a los acólitos temas como 'Lavadora Blues' o 'Suena en los clubs en blues secreto'.

"NO SOMOS RACISTAS"

Hubiera sido más lógico que Jorge se olvidase de la letra, y hasta de la partitura, en 'Heil Hitler'. Recuperar el legendario tema que tantas acusaciones de nazismo y racismo suscitó fue una de las sorpresas que prepararon para la velada. Después de 30 años, quisieron desmentir los rumores: "qué vamos a ser racistas, no somos racistas, bueno sí, somos racistas contra los relojes despertadores", matizó, aclarando lo que su público sabe bien. Que se trata de una canción contra la ola de 'hipismo' que recorría Europa a finales de los 70 y principios de los 80.

No fue el único monólogo del legendario guitarrista ilegal, que deleitó al respetable con historias de aquellos maravillosos años, como cuando se largó de un acto de la SGAE por no escuchar una intervención de Ramoncín; o cuando intentó convencer a Antonio Vega de cantar menos verborrea sentimental y más llamamientos al pueblo, conversación de la que salió la letra de 'Tiempos nuevos'; o cuando juró por el "bigote de Isabel Pantoja" que todos los pasodobles son "una puta mierda".

Entre himnos como 'La chica del club de Golf' o 'La fiesta', y rescates del baúl de los recuerdos, como 'El número de la bestia', que tocaron por segunda vez, después de redescubrirla en el concierto de septiembre en Oviedo, fueron agotando su 'set list' hasta la clásica presentación de músicos, entre acorde y acorde de 'Tengo un problema sexual'.

'Destruye' puso el broche de oro y dio paso a una despedida del trío asturiano, guitarras en alto, que pretendió ser emotiva. Pero no lo fue. Dicen que ya no tocarán más en Madrid, y que la próxima vez vendrán como 'Jorge Ilegal y los magníficos', nombre de su nuevo proyecto. Habrá que verlo. De momento no cuela.