Archivo - El ex presidente de El Musel, Laureano Lourido --centro--, en una foto de archivo de 2019 con los entonces alcaldesa de Gijón, Ana González, y presidente de Puertos del Estado, Salvador de la Encina. - EUROPA PRESS - Archivo
GIJÓN, 5 May. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, ha culpado este lunes a la "colonización socialista" de su cese como máximo responsable del puerto gijonés de El Musel.
En un artículo escrito por él publicado en La Nueva España, Lourido ha señalado cómo hace más de tres meses que dirigió un escrito al presidente del Gobierno del Principado, Adrián Barbón, poniendo su responsabilidad en El Musel a su disposición, al entender que diez años era un periodo "suficiente para asentar la actividad recurrente y desarrollar proyectos para un futuro sin excesivos sobresaltos".
Ha lamentado, asimismo, que haya sido, antes de materializarse su relevo, objeto de "descalificaciones y menosprecios" fruto, a su juicio, "de esa mala/falta de educación que todo invade", pese a su deseo de ejecutar una transición "ejemplar" en el cargo.
Ha destacado, eso sí, la "impecable y recíproca" colaboración con los distintos consejeros con los que ha trabajado por razón de su cargo, desde Fernando Lastra a Juan Cofiño o Alejandro Calvo, pasando incluso por Nieves Roqueñí, según él.
"Todos dispusieron de mi lealtad, y de mi esfuerzo y capacidad, sea mucha o poca", ha resaltado, a lo que ha atribuido a esta cuestión, en buena medida, los "buenos resultados" del puerto gijonés, el cual, en el momento de ser nombrado presidente portuario, arrastraba un "lastre financiero y falta de operatividad de una ampliación para unas previsiones que no tuvieron entonces lugar y que no parece que se vayan a cumplir en el futuro", ha augurado.
Se ha preguntado, en este caso, si los tráficos, pese a situaciones adversas, no eran malos, y la superficie apenas tenía ya capacidad para alojar proyectos y la situación financiera parecía encarrilada, cuándo se fastidió el asunto.
"El huevo de la serpiente se llevaba incubando tiempo en la Agrupación Socialista de Gijón", ha considerado Lourido. "No entendían, ni soportaban, que la Autoridad Portuaria de Gijón (APG) no fuera un elemento más de su desesperada búsqueda de protagonismo en una ciudad que cada día se les pone más cuesta arriba por méritos propios", ha sostenido el ex presidente portuario.
Según este, los socialistas gijoneses no entendían, ni querían entender, que la obligación de una empresa, pública o privada, es desarrollar su cometido con eficiencia para crear bienestar a través del empleo y el pago de sus impuestos, y, más en el caso concreto de El Musel, al ser un elemento que aporta "competitividad, o puede lastrar, a cientos de ellas".
Lourido no ha querido entrar a valorar la polémica sobre las "relaciones" con el entorno, "que no es solo lo que esperan sea su granero de votos, sino también el resto de Asturias y, por fortuna, también más allá".
Sobre qué precipitó su dimisión, lo ha vinculado a los cambios en el Consejo portuario del último trimestre del año 2024, cuya aportación es "nítida, y exclusivamente política", ha afirmado. "Todo lo que era cordialidad, incluso afecto compartido, se transformó en hosquedad, lo que dice mucho de la personalidad de algunos de los implicados", ha afeado.
A esto ha sumado que se inició un ambiente "enrarecido, un intento de intromisión en la gestión más allá de lo que corresponde al papel de consejero, así como una vocación de 'puentear' en ámbitos del Estado relacionados con la actividad portuaria". Con ello, a su parecer, se reforzó el deseo de hacerle a un lado.
Entre otras cosas, y atendiendo a un relato temporal, ha desgranado que tras la carta remitida al presidente regional de renuncia, recibió el "silencio absoluto" por respuesta.
Más tarde, el consejero Alejandro Calvo le mandó una carta agradeciendo el trabajo realizado, acompañada de relación de temas sobre los que recaba información "que, evidentemente, no había elaborado ni él ni su equipo, y se asemejaba en todo a una auditoría externa global".
Lourido contestó entonces que las Autoridades Portuarias dependen orgánica y operativamente de Puertos del Estado, y a la Administración regional solo les corresponde nombrar y, en su caso, remover, a la máxima autoridad de la misma, amén el nombramiento de los consejeros que señala la ley. También le indica que la información que pide está en las actas de los Consejos, de los que forma parte y que, además, tiene a su disposición a este efecto a la secretaria del mismo.
Tampoco hubo respuesta del consejero y "nadie" le dijo nada "ni siquiera del día de cese", que intuyó a través de lo que especulaban los medios de comunicación, según el ex presidente portuario.
Incluso, una vez que el Consejo de Gobierno del Principado acordó su relevo, no se le comunica, ni tampoco se da cuenta en la reseña oficial.
Calvo le citó, junto a la entonces consejera Nieves Roqueñí, que iba a sustituirle, a una hora en la que Lourido tenía ya concertada cita médica "ineludible". No fue posible el encuentro ni se dio alternativa al mismo.
Son los Servicios Jurídicos portuarios los que le informan que el Boletín Oficial del Estado (BOE) recogía su cese y el nombramiento de su sucesora.
En el que había sido su despacho hasta es momento, Lourido dejó una carta a la nueva presidenta de felicitación y en la que reitera su disposición a completar lo que necesite, además de un resumen ejecutivo que sobre temas relacionados con el puerto. Asimismo, en conversación telefónica, se ofreció a presentarle al personal directivo, pero Roqueñí rechazó la oferta.
Por otro lado, ha tildado la toma de posesión del cargo de Roqueñí de "un tanto desmedida y sobreactuada", a lo que ha añadido que no está prevista su intervención como presidente portuario "saliente".
Posteriormente, Lourido solicito su reingreso en la terminal granelera EBHI. "Ante la mezquindad puesta de manifiesto en acción y omisión por los nuevos rectores portuarios, y al amparo de los derechos que como a cualquier trabajador en estas circunstancias le asisten, decido reclamar que se cumpla lo estipulado y pactado al respecto", ha explicado respecto a su marcha de la EBHI para hacerse responsable de El Musel.
Al margen de ello, ha querido hacer referencia a lo que considerada "mezquindad en formas y contenidos de quien durante el mandato de los tres últimos presidentes fue relevado de sus responsabilidades, y apartado de centros de decisión, por manifiesta deslealtad con todos ellos". "No uno, no Laureano Lourido: tres presidentes de muy distinto signo", ha agregado.
Algo que, a su modo de ver, no hubiera sido posible sin el amparo de quien protagonizó uno de los acuerdos laborales "más esperpénticos que se conocen -caso ITV- o el abracadabrante de los seguros de Cogersa".
"Aunque justo es reconocer que lo citado se quedará corto ante los paseíllos que más que previsiblemente la esperan en comisiones investigadoras sobre el trágico accidente de Cerredo, incluidos los judiciales", ha aventurado.
A mayores, ha incidido en que un argumento que utilizó para cesar a una directiva portuaria era que en su equipo no podía estar nadie susceptible de ser investigada. Se ha cuestionada, al respecto, "cómo se reunirá a partir de ahora consigo misma y qué pensará cuando se vea reflejada en un espejo".