Recepción del cuadro 'Cristo presentado al pueblo' en la capilla del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo tras su restauración en el Museo del Prado. - UNIVERSIDAD DE OVIEDO
OVIEDO 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El lienzo 'Cristo presentado al pueblo' ha recuperado su valor artístico original tras ser sometido a una restauración integral en el Museo del Prado. La obra, propiedad de esta pinacoteca, está depositada en la Universidad de Oviedo y puede verse ya en la Capilla del Edificio Histórico de la institución académica asturiana.
Según ha informado la Universidad en nota de prensa, el cuadro presentaba un estado de conservación "delicado" al haber sido intervenido en varios periodos diferenciados. Contaba además con varias capas de protección "alteradas y oxidadas" por el paso del tiempo.
La intervención, llevada a cabo por la especialista Ana Isabel Ortega Díaz y coordinada por Álvaro Fernández Castañón, restaurador de pintura del Museo del Prado, se ha basado en el principio de mínima intervención, utilizando materiales estables y reversibles.
La actuación ha permitido ver que inicialmente había sido realizado sobre un paño de lino que fue ampliado por los cuatro laterales. Tras un estudio previo, se han eliminado los añadidos para recuperar el formato original, consolidar el soporte y realizar una limpieza controlada de barnices y suciedad. El proceso ha permitido recuperar la profundidad espacial, la riqueza cromática y la legibilidad de la escena, con lo que se ha devuelto al lienzo "su equilibrio visual" para facilitar una mejor comprensión de sus valores técnicos y artísticos.
UNA OBRA ANÓNIMA
El lienzo 'Cristo presentado al pueblo' es una obra anónima de escuela italiana del siglo XVII. La ofra fue depositada por el Museo Nacional del Prado en la Universidad de Oviedo por Real Orden de 22 de octubre de 1879 y representa el momento en el que Jesús es presentado al pueblo para que este elija entre su libertad o la de Barrabás.
Las dos figuras principales, la del Ecce Homo y la de Pilatos, se adelantan a los otros dos personajes, apenas visibles, protegidos por el anonimato, pero fundamentales para la comprensión de la escena.
Se aprecia en primer término el contraste entre el cuerpo semidesnudo de Cristo y la opulencia de las vestimentas del procurador retratado con turbante, telas doradas y pieles sobre los hombros, mientras que la carnación de Cristo tiende hacia un color amarillento, muestra de su martirio.
Ana Quijada, técnica de Patrimonio de la Universidad de Oviedo, subraya sobre esta obra que la incidencia de la luz es fundamental en este lienzo de estética barroca, ya que contribuye al componente dramático y centra el protagonismo desviando lo secundario hacia la penumbra.
El artista recoge en el lienzo el momento en el que Jesús está realizando el movimiento inacabado de adelantarse, representado con cierto escorzo, mientras que Pilatos le acompaña, como se hace visible en la flexión de la pierna que se intuye bajo las vestimentas.
Otra línea opuesta de movimiento la conforma el sayón de la derecha que se desplaza en sentido opuesto al de los dos personajes principales.
Los colores, con predominio del dorado y tonos ocres, ven alterado su equilibrio por la inclusión de la capa roja que confiere a la obra un toque de color dramático y por el blanco del paño de Cristo, creando dos líneas cromáticas dispares.
Hay además cierta inquietud en la escena que viene dada de forma natural por la temática de la pasión que se representa, por el fondo oscuro sobre el que se desarrolla la composición y por los dos personajes anónimos del fondo, los sayones, que remiten a las composiciones de Caravaggio.