Vargas se prepara para celebrar la fiesta de La Perola que promueve valores como la solidaridad y convivencia

El día grande es el 20 de enero, aunque las celebraciones comienzan en la tarde del 19

Fiesta de la Perola
AYTO
Europa Press Cantabria
Actualizado: miércoles, 5 enero 2011 11:00

SANTANDER, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -

La localidad de Vargas se prepara para celebrar la fiesta de 'La Perola', que se conmemora desde tiempo inmemorial, y en la que se promueven valores como la generosidad, la solidaridad, la convivencia o la participación ciudadana.

El día grande de la fiesta de "La Perola" es el 20 de enero en Vargas. Sin embargo, el inicio de las celebraciones comienza la tarde del 19 de enero, cuando a la salida del colegio, los niños de la localidad reciben un bocadillo y un refresco por parte de los representantes de la Junta Vecinal. Igualmente, la noche del 19, se comparten bocadillos y vino entre los asistentes al Concejo Público, a la finalización del mismo.

Al día siguiente, día de la fiesta de San Sebastián, Patrón del pueblo, comienza con diana pirotécnica y continúa con la misa cantada en honor al santo y alrededor de las 14,30 horas se celebra La Perola, que consiste en el reparto de cocido montañés, postre, vino y té con orujo.

Los participantes tienen que llevar plato y cubiertos y se les sirve la comida sentados en el pabellón polideportivo. Seguidamente se realiza una disco-baile, con lo que finaliza esta fiesta, declarada de Interés Regional, en la que participan autoridades tanto locales como regionales. En esta comida participan habitualmente más de 1.000 personas entre vecinos y visitantes de pueblos cercanos.

El origen de los actos se remontan a fines de la época medieval, estando asociado su desarrollo a la veneración de San Sebastián. La tradición cuenta que por los contornos de Vargas se extendía la peste. Un pobre mendigo que pasaba por el pueblo pidiendo limosna y alimento, al ser tan bien atendido por los vecinos, prometió rezar por todos a fin de que San Sebastián no permitiera la entrada de la peste en Vargas. Milagrosamente, Vargas no sufrió el azote de la enfermedad.

Desde entonces, el pueblo de Vargas, en recuerdo, homenaje y agradecimiento a aquel hombre, hizo la solemne promesa de que cada año, el día de San Sebastián, se celebraría una fiesta en la que darían de comer a cuantos mendigos, pobres y personas acudiesen a la localidad, comprometiéndose todos los vecinos a colaborar con los frutos del campo y de su trabajo en la elaboración del cocido.

FINES DE LA ALTA EDAD MEDIA

Se desconoce la fecha desde la que se viene celebrando 'La Perola' en Vargas, pero la hipótesis planteada de hundir sus orígenes en los fines de la Alta Edad Media o comienzos de la Edad Moderna viene avalada por la intensidad con que se dio la enfermedad de la peste en Cantabria en ese momento histórico, según señala en su web el Ayuntamiento de Puente Viesgo y recoge Europa Press.

Los documentos escritos más antiguos que se conocen con referencia a la fiesta se conservan en el Archivo Diocesano de Santillana del Mar, y pertenecen a la primera mitad del siglo XVIII. Estos escritos señalan que el 20 de enero se celebraba en Vargas San Sebastián, y existía "en dicho día la obligación de cada vecino de llevar a los pobres que acuden a la Iglesia olla y pan y asiste la Junta y el Párroco al repartimiento a dichos pobres" .

Parece que en 1788 hubo reticencias por parte de las autoridades eclesiásticas para dejar llevar a los vecinos la comida para los pobres, y es por ello que los vecinos solicitaron que no fuera retirada esta costumbre.

El día de la fiesta se iniciaba con una misa y se sacaba al Santo en procesión. Posteriormente, en el portal de la iglesia comenzaban a prepararse las perolas donde se iba a depositar la comida.

Al toque de las campanas, los vecinos comenzaban a acercar las comidas, preparadas en sus cocinas a base de cocidos de legumbres (alubias principalmente), embutidos y patatas, aunque también había quien aportaba el pan, el vino o alguna limosna. Una vez finalizada la recogida de las comidas, los pobres y mendigos que iban llegando se sentaban en el suelo alrededor de la iglesia, repartiéndoseles la comida en los utensilios que ellos mismos traían.

Igualmente, la celebración de La Perola cuenta con un alto contenido democrático. La noche antes de la fiesta, convocados por la Junta Vecinal y bajo la dirección de su Presidente, se reunían todos los vecinos en concejo público, tratándose en el mismo los asuntos más importantes para el pueblo. Se empezaba repartiendo pan y vino a los asistentes, después se leían las cuentas, se subastaban los bienes que tenía el pueblo, como prados o arboledas, y se concursaba la limpieza de las cunetas de las carreteras.

También se nombraban los mayordomos para la limpieza de las iglesias durante el año, siendo para la parroquia un vecino y para la ermita del Ángel, el vecino que fuese el último casado durante el año recién finalizado. Los nombramientos del campanero y del encargado de realizar los avisos de la Junta también se llevaban a cabo durante este concejo.

En la actualidad la Junta Vecinal también convoca un concejo público la noche antes de la fiesta, presentando a lo largo del mismo las cuentas del pueblo, valorando las actuaciones realizadas y anunciado las futuras. Del mismo modo, los representantes de la Junta responden a las propuestas o quejas de los presentes, entablándose un diálogo con la única finalidad de contribuir a la mejora del pueblo. El Alcalde de Puente Viesgo también acude a este concejo para aclarar cualquier tema para el que sea requerido por los asistentes.

En los últimos años, aunque no se ha perdido la tradición, la fiesta ha ido transformándose y adaptándose a los tiempos. La ausencia de mendigos y pobres ha supuesto que los vecinos ya dejen de participar activamente en la preparación de las comidas. Ahora es la Junta Vecinal la que encarga un gran cocido en un restaurante, que es repartido en raciones entre todos aquellos que acuden al Pabellón Polideportivo de Vargas con sus propios platos y cubiertos.

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