SANTANDER, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Penal número 4 de Santander ha absuelto a un motorista de un delito contra la seguridad del tráfico porque cuando los agentes de la Guardia Civil comprobaron que estaba bajo los efectos del alcohol, llevaba el vehículo a pie y apagado en lugar de en marcha.
El delito contra la seguridad del tráfico implica que efectivamente se conduzca el vehículo, algo que ninguno de los agentes pudo ver directamente, ya que en realidad lo que observaron fue que se encontraba bajo los efectos del alcohol, pero con la motocicleta apagada porque se le había averiado.
El acusado tenía varios antecedentes de delitos contra la seguridad vial e incluso se le había retirado el derecho a conducir vehículos de motor hasta el año 2016.
Una noche del pasado mes de septiembre los agentes se le encontraron caminando por el arcén de la autovía S-10, llevando la motocicleta sin el motor en marcha porque se le había estropeado, y bajo los efectos del alcohol.
De hecho, el motorista, al serle practicada la prueba de alcoholemia, arrojó resultados positivos. El problema vino cuando, pese a todas sus contradicciones sobre la forma en que había llegado al arcén de la autovía con ese vehículo, se corroboró que en realidad no había testigos de que estuviera conduciéndolo.
En ese momento la moto estaba desconectada, no funcionaba y los agentes nunca llegaron a verle conducirla, sino llevarla a pie o a horcajadas sobre ella, pero en ningún momento en marcha.
Y a pesar de que reconoció que por la mañana sí que había conducido el vehículo, no se pudo establecer una relación directa con los sucesos de la noche, por lo que el Juzgado no ha podido condenarle y le ha absuelto del delito contra la seguridad del tráfico por el que el Ministerio Fiscal pedía un año de prisión y cuatro años de retirada del permiso de circulación.
