SANTANDER, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El obispo de Santander, Monseñor Vicente Jiménez Zamora, ha hecho un llamamiento a todos los sacerdotes diocesanos a "solidarizarse con los que más sufren por la grave crisis económica, así como con las familias en desempleo". Así lo ha pedido este miércoles, durante la homilía de la Misa Crismal que se ha celebrado en la catedral, con la presencia de más de un centenar de presbíteros de la Diócesis.
El sacerdote, "como el buen pastor, conoce el corazón de los hombres y se acerca sin miedo al dolor y a las miserias humanas", ha señalado el prelado, quien, para llevar a cabo acciones solidarias en favor de los afectados por la recesión económica, ha propuesto la Campaña diocesana que la Iglesia cántabra activó el día 1 de mayo del pasado año, coincidiendo con la Fiesta del trabajo.
La iniciativa consiste en donar un día del salario al mes para un fondo de ayuda a los parados que gestiona Cáritas diocesana de Cantabria.
Monseñor Jiménez Zamora ha invitado a los sacerdotes a "intensificar este gesto", al tiempo que ha pedido a las comunidades eclesiales que realicen "acciones de caridad y de solidaridad con los más desfavorecidos". Además, ha recordado que esta campaña de ayuda a los parados está enmarcada en la Programación Pastoral Diocesana del presente curso eclesial.
NECESIDAD DE NUEVA EVANGELIZACIÓN
En su intervención, Monseñor Jiménez también ha destacado ante los presbíteros presentes en la Misa Crismal que "el sacerdote hace su mejor homilía con su vida y con su testimonio coherente". "Un mundo descristianizado como el nuestro necesita de nueva evangelización y de un diálogo con los no creyentes en el 'atrio de los gentiles'", ha añadido.
El obispo ha matizado que esta nueva evangelización "exige" sacerdotes "nuevos", no en el sentido de una "efímera moda pasajera y superficial", sino "con un corazón renovado con los mismos sentimientos y actitudes del Corazón de Cristo Sacerdote, que ofreció su vida en la cruz en ofrenda filial y amorosa al Padre, y en entrega generosa a todos los hombres".
Por otra parte, el obispo de la Iglesia cántabra ha exhortado a los religiosos y religiosas consagrados y a los fieles laicos de la diócesis a "acoger y a tratar bien a vuestros sacerdotes, pues son vuestros padres, hermanos y amigos, y os necesitan".
En esta línea, ha invitado también "a dar gracias a Dios por cada uno de vuestros sacerdotes", a considerar "cuánto bien os hacen", y a rezar "mucho por ellos y por su santificación, así como por los seminaristas que se preparan para ser sacerdotes el día de mañana". Además, Monseñor Jiménez ha animado a los consagrados y a los laicos "a acompañar a los sacerdotes cuando éstos sientan el cansancio, el sufrimiento y la cruz".
PETICIÓN PASTORAL A LOS SACERDOTES
En la homilía de la misa crismal, el obispo ha destacado que "hoy el Señor y la Iglesia nos piden a los sacerdotes convertirnos a nuestra propia identidad. Debemos convertirnos en aquello que ya somos por la ordenación sacerdotal"; es decir "configurarnos con Cristo Buen Pastor, Cabeza y Esposo de la Iglesia".
Además, ha exhortado al clero diocesano cántabro a "entrar" en los misterios que celebraban, especialmente en el de la Eucaristía, y "dejarnos plasmar por ellos". En esta línea ha subrayado que en la Eucaristía es "donde el sacerdote descubre su propia intimidad".