SANTANDER, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El promotor acusado de estafar a varias personas que adelantaron dinero para el pago de unos chalés en Oruña de Piélagos tenía "sincronizadas" las distintas promociones de viviendas en que venía trabajando, hasta que todo se fue "al traste" al no cobrar deudas y no autorizarle el Ayuntamiento de Piélagos el proyecto ante las "deficiencias" encontradas.
Era el año 2003, y en realidad Hipólito G.H. no había adquirido los terrenos donde se iba a asentar la urbanización 'Burdeos', de la que tenía opciones de compra sobre el suelo, al igual que los 15 compradores de las viviendas, que lo que hicieron fue suscribir contratos de opción de compra.
El propietario de la promotora García Curado, que se enfrenta a peticiones de prisión de siete años, se encontró con varios problemas. En una de sus promociones, en Maoño, las personas con las que suscribió la operación, la familia Gómez Otero, se "echó para atrás" y no acudió al notario, vendiendo las parcelas a sus hijos.
Al fallar esta urbanización, falló también la de Oruña, lo que sumado a la deuda de 200 millones de las antiguas pesetas que espera cobrar, hizo que le fuera imposible asumir esta operación, porque los bancos ya no le refinanciaban sus deudas.
El resultado fue que tuvo que cerrar la oficina al pública ante las "amenazas" que sufría por parte de los acreedores, y finalmente se "quedó sin nada", hasta el punto de que hoy vive en casa de su cuñada, según declaró hoy en el primer día de juicio ante la Audiencia Provincial.
"Se hacía siempre así", explicó ante la Sección Tercera, en una forma de trabajar que el Fiscal calificó de "cuento de la lechera". El ministerio público le acusa de haber seguido adelante con la operación de Oruña pese a encontrarse en situación de quiebra desde dos años atrás. Esta quiebra fue declarada posteriormente fraudulenta, algo de lo que el promotor asegura haberse enterado recientemente.
(Seguirá ampliación)