Juicio
EUROPA PRESS
Publicado: miércoles, 31 enero 2018 16:17

CIUDAD REAL, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los forenses han declarado que el acusado por crimen ocurrido en El Robledo en diciembre de 2015, era totalmente consciente de las consecuencias que podía tener un acto como el ocurrido, pero que su voluntad estaba mermada, ya que emocionalmente se encontraba alterado por las circunstancias personales en las que se encontraba.

"Tiene inteligencia para saber lo que estaba haciendo, pero su voluntad no estaba totalmente íntegra". Por este motivo han descartado el trastorno mental transitorio, durante la tercera jornada del juicio que se está celebrando por la muerte a golpes de G.CH. en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

Una conclusión a la que han llegado tras dos informes, unos meses después de los hechos, en marzo de 2016 y otro en julio de 2017, y en los que han afirmado que se demuestra que el acusado estaba viviendo una situación que le ha provocado un estado de ansiedad ya que "estaba preocupado por sus hijas y desbordado por su situación judicial".

Tenía un total de 14 denuncias por violencia de género que no ha evolucionado ninguna, además de vivir el abandono de su mujer, y la falta de trabajo. Todo esto le provocó que le diagnosticaran un trastorno ansioso-depresivo, le mandaron un tratamiento, el cual no se tomó y tuvo problemas con la bebida, aunque no llegando al alcoholismo.

En los diferentes informes de servicios sociales y del médico de familia estudiados por los forenses para sus conclusiones se narra como el acusado se encontraba en un estado que pasaba de la furia al llanto y la autocompasión en unos minutos.

Por otro lado, tras la práctica de la autopsia a la víctima, los forenses han confirmado que se trata de una muerte violenta de carácter homicida causada por tres golpes. El primero de ellos más contundente, en la parte baja de la nuca, "de tal intensidad que fue suficiente para causarle la muerte" y otros dos de menor impacto, en la parte lateral izquierda.

Por otro lado, han confirmado la secuencia de los hechos narrados en el juicio. Los forenses han explicado que hubo un primer golpe, el producido en la nuca, que hizo que cayera al suelo, lo que provoco rotura del tabique nasal y un hematoma en uno de los pómulos y que después se produjeron los otros dos. Además han confirmado que todo parece indicar que el ataque tuvo que ser de frente.

Los análisis de ADN han concluido que la sangre encontrada en el zapato izquierdo del acusado pertenecía a la víctima, así como la encontrada en un extremo del arma homicida. Además han encontrado restos biológicos del acusado en el otro extremo del extremo utilizada para el crimen. También han declarado que la sangre encontrada en el pantalón del acusado era de él.

El acusado advirtió a la justicia que algo podía suceder
Por su parte el acusado ha hecho uso de su derecho a la última palabra afirmando que había pedido al juez que las entregas de la menor se hicieran en un punto de encuentro o en presencia de la Guardia Civil. "Le advertí que algo podía ocurrir ya que no hacían más que provocarme con denuncias falsas e insultándome".

Se ha reiterado en que él no tenía intención de matar a la pareja de su exmujer, que sólo quiso defenderse "con tan mala suerte de que se agachó y le di en la nuca. Ojalá no hubiera estado esa leña donde estaba" y que sólo recuerda el primer golpe.

Llegando a las conclusiones, las tres partes personadas, Fiscalía, acusación particular y defensa se han ratificado en su calificación del hecho, en las penas y agravantes y atenuantes.

Mientras la Fiscalía ha intentado demostrar los razonamientos para calificar el hecho de homicidio y no de asesinato, como ya hiciera en la primera sesión del juicio, la acusación particular ha insistido en las pruebas que demuestran la alevosía del caso y por tanto, su calificación de asesinato. Además, el abogado ha hecho hincapié en los agravantes de parentesco y violencia de género.

Dos hechos que ha rebatido la defensa ya que insiste que acusado y víctima no eran parientes y que este último tampoco lo era legalmente de la exmujer del acusado. Igualmente considera que el agravante de violencia de género está fuera de lugar ya que la propia exmujer ha declarado que podía haberla matado a ella, ya que se encontraba entre ambos en el momento del crimen y la tuvo que esquivar. También ha insistido en las continuas contradicciones de la exmujer, la madre de esta y la hija del matrimonio en las diferentes declaraciones. "Parece que han seguido un guión preparado".

La defensa presentará los atenuantes de trastorno mental transitorio, obcecación y arrepentimiento. Además ha opinado que en este caso "hemos fallado todos" refiriéndose a los Servicios Sociales y a la Justicia "Teníamos que haber puesto más de nuestra parte para evitar esta situación, sabiendo lo que podía pasar".

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