TOLEDO, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
COAG-IR estima que la producción de aceite de oliva de la próxima campaña en Castilla-La Mancha rondará los 90.000 kilos, cantidad que podría oscilar por la climatología, que hasta el momento ha sido benévola con este cultivo.
Así lo explicó el responsable del sector de aceite de COAG-IR, José Vicente Fernández-Sevilla, en declaraciones a Europa Press, tras asistir esta semana en Madrid a la reunión del sector del olivar, en la que se estableció que la producción nacional de aceite de oliva para la próxima campaña no superará los 1,2 millones de toneladas.
Fernández-Sevilla, que en primer lugar quiso diferenciar las plantaciones intensivas del cultivo tradicional, señaló que ha habido una floración desigual en la región, pues con "las temperaturas templadas que hemos tenido el fruto ha cuajado y la cosa va muy bien".
"Pero las adversidades provocadas por el cambio climático nos obligan a ser cautos a la hora de hacer previsiones", indicó Fernández-Sevilla.
Según el responsable del sector de aceite de COAG-IR, las lluvias y tormentas de finales de mayo han provocado el lavado del polen, y números daños en los árboles. "Pero desde la Junta están incidiendo bastante en la aplicación de tratamientos para conseguir que las heridas provocadas cicatricen en condiciones", alegó.
En cuanto a los precios que el oro dorado podría alcanzar en el mercado, desde COAG-IR alertaron de que está en caída "porque en Andalucía la cosecha ha cuajado muy bien, y si no fuera así el precio iría subiendo porque las empresas se posicionan".
Ante la competencia del mercado andaluz, desde la organización agraria castellano-manchega sostuvieron que la única salida es mejorar la trazabilidad y la calidad de la cornicabra.
Por último, el responsable del sector de aceite de COAG-IR advirtió de que de las 300.000 hectáreas que existen en la región, más de 5.000 ya están abandonadas por la aplicación de la OCM del olivar, según fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Según Fernández-Sevilla, la aplicación de la OCM, el cambio climático, la excesiva burocracia a la que se enfrentan los agricultores, y la competitividad con el olivar intensivo provocará un abandono progresivo de este cultivo en Castilla-La Mancha, algo que en su opinión causará "un problema social muy importante".
