VALLADOLID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, ha avanzado este lunes que los 62.400 test rápidos que ha remitido el Gobierno a la Comunidad se comenzarán a realizar entre profesionales sanitarios, centros sociosanitarios o residencias, aunque ha precisado que se necesitarán más de 500.000 pruebas para afrontar la desescalada.
En la rueda de prensa diaria en la que Casado analiza la evolución del COVID-19 en la Comunidad, ésta ha detallado que el 25 por ciento del total de tests recibidos se repartirán en hospitales y el 75 por ciento restantes en centros de Atención Primaria y sociosanitarios.
Así, ha explicado que estas pruebas se empezarán a utilizar de acuerdo con las prioridades establecidas que marcan que en un primer momento se realicen entre los profesionales sanitarios, en residencias --profesionales y usuarios--, entre el personal esencial de la seguridad y entre los profesionales del personal agroalimentario. "Son sectores esenciales y vamos a empezar a hacerles el test", ha señalado.
Casado ha manifestado que por el momento se está organizando el lote de test rápidos y se trabaja en planificar el procedimiento para iniciar la realización de las pruebas.
No obstante, la consejera ha detallado que Castilla y León necesitará muchos más test, unos 500.000 para iniciar el periodo de desescalada. Así, ha precisado que las pruebas rápidas consisten en un pinchazo para la detección en sangre capilar.