La IX campaña de excavaciones en Salas de los Infantes (Burgos) saca a la luz el rastro de varias pisadas de dinosaurio

Actualizado: miércoles, 18 agosto 2010 20:44

BURGOS, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -

La novena campaña de excavaciones paleontológicas llevada a cabo en la Sierra de la Demanda (Burgos) ha permitido sacar a la luz varios hallazgos, entre ellos el rastro de varias pisadas de un dinosaurio.

Según informaron a Europa Press fuentes próximas al proyecto de excavación, este año se planteó una doble actividad: excavaciones paleobotánicas y de icnitas de dinosaurios. La primera fase se dedicó a la paleobotánica (estudio de los vegetales fosilizados), en la que se contó con la coorganización de la Universidad de Vigo.

Cabe destacar, en este sentido, que desde 2008 la Junta de Castilla y León promueve el proyecto 'Paleoflora de los ecosistemas cretácicos en la provincia de Burgos' en el que participan el Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (C.A.S.), el Museo de Dinosaurios salense, las Universidades de Zaragoza, Vigo (España), Lyon, y Pierre et Marie Curie (Francia).

Este proyecto tiene como peculiaridad, dentro de España, que busca información para conocer las interacciones entre los dinosaurios y los ecosistemas que ocupaban, así como reconstruir el clima y los paisajes de la Sierra de la Demanda en el Cretácico (de 144 a 65 millones de años atrás).

Los trabajos se centraron en los yacimientos de Horcajuelos (en las proximidades de Salas de los Infantes) y Vallazmorra (Hortezuelos, pedanía de Santo Domingo de Silos).

El balance de esta primera fase de las excavaciones ha sido "altamente positivo" ya que, según las mismas fuentes, se han recuperado cientos de muestras con tallos y hojas fósiles de helechos, equisetales ("colas de caballo"), coníferas y posibles angiospermas (plantas con flores).

PLANTAS EXTINGUIDAS

Otros yacimientos han proporcionado tallos de helechos con apariencia de árbol, troncos de coníferas, que quizás sean los fósiles vegetales más conocidos de la comarca, y troncos de benetitales --plantas ya extinguidas con aspecto de palmeras enanas, de troncos globosos o cilíndricos y adaptadas a ambientes secos--.

Los fósiles hallados ahora se suman a los conservados y expuestos en el Museo de Dinosaurios salense, que conforman una de las colecciones más completas de benetitales conocidas.

Asimismo destaca, de estos trabajos, la presencia de angiospermas tanto de tallos, hojas como polen, en los yacimientos serranos. Estas plantas vivían durante el Cretácico inicial una dura pugna competitiva con las gimnospermas (coníferas y otras plantas relacionadas) en la que cada grupo de plantas intentaba expandirse por la mayor superficie posible a lo largo de todo el planeta.

Durante ese periodo cretácico y con los dinosaurios como testigos, las angiospermas comenzaron a ganar la partida, de modo que actualmente constituyen la flora dominante en la Tierra.

De confirmarse la presencia de angiospermas en la Sierra de la Demanda hace 130 millones de años se trataría, según las mismas fuentes, de unos de los fósiles de estas plantas más antiguos encontrados en la Península Ibérica y cuyo estudio puede proporcionar claves para entender su evolución.

Además, tal y como lo explica el director del Mueso de los Dinosaurios de Salas de los Infantes, Fidel Torcida, aprovecharon los trabajos para visitar otros yacimientos que se han valorado como candidatos para ser excavados en 2011 pues el proyecto de investigación se prolongará durante varios años más, una vez constatada la riqueza e importancia de los restos fósiles de vegetales identificados hasta el momento.

NUEVAS ICNITAS

La segunda fase de las excavaciones se centró en las icnitas o huellas fósiles de dinosaurios y se trabajo en dos afloramientos del macroyacimiento burgalés: Las Sereas 6 y 7.

Al final de la excavación se ha descubierto y limpiado casi un centenar de icnitas entre las que destacan dos rastros de terópodos de tamaño grande y, muy especialmente, un rastro de saurópodo en Las Sereas 7.

Este último rastro se compone de varias pisadas de "pies" y "manos" profundas, con rebordes de barro fosilizado que las patas del dinosaurio removieron al penetrar profundamente en el suelo fangoso de la laguna; el suelo quedaba deformado y, después de 144 millones de años, guardan el detalle de los dedos de las patas, carácter anatómico infrecuente en las icnitas de este tipo halladas en España.