Vecinos de Alaejos (Valladolid) se reparten el vino con el que limpian las llagas al Cristo para gozar de buena salud

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El Cristo De La Salud De Alaejos (Valladolid) - EUROPA PRESS
Europa Press Castilla y León
Actualizado: miércoles, 20 abril 2011 16:11

Hermanos del Cristo de la Salud aseguran que más de un enfermo se ha curado al beber este vino

ALAEJOS (VALLADOLID), 20 (EUROPA PRESS)

Los vecinos de Alaejos (Valladolid) se han reunido este miércoles en la iglesia de Santa María de este municipio para cumplir con la antigua tradición de limpiar las llagas al Cristo de la Salud con vino añejo, que luego se reparte entre los devotos, quienes acuden fielmente a esta cita a recoger el caldo que les aportará buena salud durante todo el año.

Todos los Miércoles Santo desde 1882 se ha cumplido esta tradición, llevada a cabo por la Hermandad del Cristo de la Salud. Ha pasado de generación en generación, de padres a hijos, a lo largo de todos estos años, logrando congregar cada año a cientos de fieles que confían en el poder curativo del vino con el que limpian las llagas a la imagen.

Los hermanos del Cristo de la Salud aseguran que más de un enfermo se ha curado al beber este vino. "Tenemos mucha fe en el Cristo de la Salud, porque aunque muchas veces no se publican ciertos milagros, ha habido enfermos que han llevado un poco de vino después de lavar las llagas al Cristo y se han recuperado", ha asegurado a Europa Press el mayordomo de la Cofradía, José Santana.

Cientos de fieles se han acercado para cumplir con la tradicional cita y aseguran tener fe en esta tradición que ha perdurado a lo largo de más de cien años. "Se hace con mucha fe y con la intención de que te cuide todo el año", ha comentado Rosa María Fonseca, una vecina de Madrid.

"Venimos a recoger el tradicional vino que ancestralmente la Hermandad del Cristo de la Salud ofrece a los ancianos y a los enfermos. Yo vengo a recogerlo para mis abuelas. Una de ellas tiene 98 años y lleva tomándolo desde los 60, así que me imagino que tendrá las propiedades que le reconocen", ha indicado el vallisoletano Pablo Santana, uno de los fieles más jóvenes que acude anualmente a esta cita.

Así, ante la expectación de los lugareños y de las personas de fuera del pueblo que se acercan hasta la iglesia a presenciar esta antigua tradición, los cofrades bajan la imagen del Cristo crucificado de su altar.

Después, lavan sus llagas con el vino añejo tras haber limpiado al Cristo del polvo que pueda tener. Tras mezclarlo con el vino de cuatro tinajas, lo reparten entre las personas que aguardan la cola con diferentes recipientes para tomar el caldo allí mismo o distribuirlo entre sus familiares y amigos que no gozan de buena salud.

Los hermanos han asegurado que para ellos es un día "muy importante" porque preparan la ceremonia durante todo el año y es una tradición que "no se ha estropeado ni se estropeará". "Es emocionante", han apostillado.

Antiguamente esta costumbre iba ligada a la de dar de comer a los pobres que más lo necesitaran. "Hace años que ya no juntábamos esa cantidad de necesitados", ha expresado el mayordomo de la Hermandad, puesto rotatorio entre los 24 hermanos. El mayordomo es el encargado de lavar el Cristo, junto con su mujer y sus hijos, y recoger el líquido en un recipiente que luego mezclará en las tinajas para repartirlo entre los devotos.

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