Los acusados del crimen de Valentín Moreno no desvelan quién fue el autor intelectual

Un procesado señala que "el que tenía contacto con Colombia" era un exmiembro de Casuals

Los acusados por el asesinato de Valentín Moreno, el conocido como 'asesino de la Vila Olímpica'
Los acusados por el asesinato de Valentín Moreno, el conocido como 'asesino de la Vila Olímpica' - TSJC
Europa Press Catalunya
Publicado: jueves, 3 julio 2025 20:09

BARCELONA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

La primera sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia de Barcelona a dos de los presuntos responsables del crimen de Valentín Moreno, el conocido como 'asesino de la Vila Olímpica', ha finalizado este jueves por la tarde sin que ninguno de ellos haya desvelado quién fue autor intelectual, pese a que la Fiscalía les ha ofrecido una rebaja en la petición de su condena.

Quienes se sientan en el banquillo de los acusados son uno de los dos presuntos sicarios que viajaron desde Colombia para cometer el asesinato de Moreno en noviembre de 2021 --el otro se encuentra en paradero desconocido--, y el que presuntamente hizo de enlace entre el autor intelectual y los asesinos a sueldo.

EL SICARIO CONFIESA

En presunto sicario, que inicialmente estaba previsto que se acogiera a su derecho a no declarar, ha respondido a las preguntas de todas las partes y ha afirmado que fue él quien apretó el gatillo, una revelación que ha sorprendido a su propio letrado, que ha subrayado que se trata de "un dato que no conocía nadie, ni los Mossos d'Esquadra".

El procesado ha explicado que quien contactó con él fue Alexander --el otro presunto sicario que se encuentra en paradero desconocido y sobre el que pesa una orden internacional de detención--, a quien ayudaba en su trabajo como transportista en Medellín y que le ofreció 5.000 euros a cambio de hacer "un seguimiento a una persona" en España.

Veinte días después de recibir esta llamada voló hasta Madrid y desde allí se desplazó hasta Barcelona donde, al día siguiente, se encontraron con el otro acusado, que le explicó que su cometido era hacer un seguimiento a una persona "por una deuda de dinero", según su testimonio.

Según el presunto sicario, fue este segundo procesado quien les enseñó una fotografía de la víctima y les aportó datos sobre su domicilio, su gimnasio y el campo en el que entrenaba a fútbol.

En los días posteriores alquilaron patinetes eléctricos --que pintaron de negro para ocultar la marca de la empresa y no tener que devolverlos-- y siguieron a la víctima, instantes que fueron captados por varias cámaras de seguridad, imágenes en las que se ha reconocido este jueves este acusado.

El procesado ha asegurado que Alexander le dijo que había "un cambio de planes" la misma tarde del crimen, que había que matar a Valentín Moreno, y que accedió por la presión que sintió a posibles represalias a su familia en Colombia y porque si no lo hacía regresaría a su país sin el dinero prometido.

Ha añadido que Alexander le entregó un maletín con la pistola en su interior, que llevaba un silenciador y que, estando en las inmediaciones de un bar de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), al ver que Valentín Moreno se apeaba de su coche, les descerrajó un tiro en la nuca: "Le hago un disparo en la cabeza".

Posteriormente, asegura que se reunió con Alexander, que lo estaba esperando en una moto en las inmediaciones del lugar de los hechos, y que lo llevó hasta la zona de las Tres Chimeneas, donde el otro acusado los esperaba en una furgoneta "muy preocupado, muy asustado" y les preguntó si habían cumplido con el encargo; al día siguiente, Alexander y él regresaron a Colombia, donde recibió los 5.000 euros en metálico.

La Fiscalía pide para este acusado 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato con alevosía y precio, aunque al reconocer los hechos podría aplicársele una atenuante por confesión.

EL EXMIEMBRO DE CASUALS

El otro acusado, al que la Fiscalía considera que actuó como enlace entre el autor intelectual y los sicarios, ha negado saber que iban a matar a Valentín Moreno y haber actuado, por tanto, como facilitador para garantizar su ejecución.

El acusado ha explicado que acababa de salir de prisión tras cumplir condena por delitos relacionados con el narcotráfico y buscó trabajo pero no lo encontró: "No me siento nada orgulloso, pero es la verdad, intenté hablar con la gente de la calle para ver si podía mover droga en pequeñas cantidades".

Fue un conocido suyo quien lo puso en contacto con un exmiembro de Casuals --grupo criminal vinculado a los Boixos Nois-- que le dijo que conocía a gente potente que tenía que venir desde Colombia a controlar una carga del puerto y que se limitara a buscar alojamiento para ellos, en sus palabras.

Ha aclarado que "el que tenía contacto con Colombia era Javi", el exmiembro de los Casuals, y que pensó que los dos presuntos sicarios venían a vigilar un cargamento de droga y al cabo de dos semanas se irían.

Ha reconocido que les facilitó un piso cerca de la Sagrada Familia y que los ayudó a hacerse con una moto --la que usaron para huir tras cometer el crimen--, pero asegura que "jamás" supo que el propósito real de estas dos personas era cometer un crimen.

El procesado ha negado reiteradamente que les facilitara el arma, que participara en los seguimientos a Moreno y que viajase a Sevilla tras la comisión del crimen: "Yo jamás he cometido ningún acto delictivo violento".

También ha asegurado que desde que ingresó en prisión preventiva ha sido víctima de lesiones y amenazas, entre ellas, cortes con cuchillas, que él no denunció pero sí el centro penitenciario, para que no revelara la verdad de lo que sabe sobre este asunto.

La Fiscalía pide para él 31 años de prisión como presunto autor de un delito de asesinato con alevosía y precio, tenencia ilícita de armas y usurpación del estado civil.

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