TARRAGONA 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
El anuncio del ministro de Fomento, José Blanco, sobre la paralización 'sine die' del tramo de autovía Valls-Montblac (A-27) ha dejado absolutamente "perplejas y descolocadas" a las principales entidades empresariales de las comarcas de Tarragona (industria química, Puerto, patronales, sector hostelero y del transporte y Cámaras de Comercio, entre otras), que hace tan sólo ocho días comparecieron para denunciar los incumplimientos presupuestarios, del orden de 30 millones anuales, en la ejecución de esta infraestructura.
Josep Lluis Aymat, de la Federación de Auto Transporte de Tarragona (FEAT) y que ejerce de portavoz, considera que la decisión del Gobierno es "de juzgado de guardia", y ha reclamado una reunión urgente para incrementar la presión reivindicativa.
Con todo, ha lamentado que el calendario no les ayuda: "Saben perfectamente cuándo soltar una noticia de este calado, con la mitad de la población en la playa, y la otra mitad pensando en ella", ha ironizado en declaraciones a Europa Press. En cualquier caso, potenciarán al máximo el acto público previsto el 17 de septiembre en Tarragona.
Aymat ha explicado que "es imposible sostener un polo turístico e industrial de primer nivel con unas comunicaciones ridículas e insuficientes hacia el interior de España, que es nuestro primer cliente".
En este sentido, considera que la A-27 Tarragona-San Sebastián --programada hace 30 años-- es un eje estratégico "vital y específico" para Tarragona, pues las otras vías de alta capacidad proyectadas "son importantísimas, pero dejan a Tarragona como lugar de paso entre otras grandes áreas económicas".
Aymat se ha expresado con toda crudeza para referirse al modo de afrontar la crisis malgastando "unas arcas que estaban llenas hace dos años" y cuyo contenido era ahora más necesario que nunca, "con el pulmón económico privado colapsado por la crisis financiera".
"Se han gastado el dinero en tonterías como aceras, fuentes públicas, y césped artificial, obras de muy corto vuelo para personas que en seis meses volverán al paro, y ahora no hay dinero para una inversión valiente, anti-cíclica, que incluso acorte los plazos de las grandes infraestructuras comprometidas". "Por el contrario, lo que vemos es la rescisión de contratos en firme", ha criticado.