La Fundación Vila Casas en el Empordà se colma de feminidad, urbanismo y oposiciones

GIRONA 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

La temporada de verano llegará desde mañana a los dos centros de arte que la Fundación Vila Casas tiene en el Empordà: el espacio Can Mario de Palafrugell (Girona) acogerá una exposición del artista Jordi Tolosa sobre las confrontaciones de valores opuestos, como finito-infinito, y en el espacio Palau Solterra de Torroella de Montgrí (Girona), las fotografías de Judith Vizcarra y Darius Koehli abordarán la feminidad y el urbanismo.

En la presentación que se hizo hoy de estas programaciones también se informó de que Can Mario acogerá el Premio de Escultura 2009 de Palafrugell, con el objetivo de promocionar el arte del país.

Así, se mostrarán una cuarentena de obras seleccionadas en el concurso, y la obra que finalmente resulte ganadora recibirá un premio de 15.000 euros, pasará a ser propiedad de la Fundación y en el plazo de un año el ganador expondrá en uno de los espacios de la entidad.

El espacio de escultura contemporánea Can Mario también acogerá, del 13 de junio al 13 de septiembre, la muestra 'I will never die', del artista badalonense Jordi Tolosa. 12 obras, entre esculturas y poemas-objeto, forman esta muestra en la que se reflexiona sobre el ritmo del entorno más inmediato, a través de confrontaciones de valores opuestos como como finito-infinito, pasado-presente, continuo-discontinuo.

Tolosa, con sus obras, contempla ideas ancestrales como la vida, la muerte, el paso del tiempo, la magnitud de la naturaleza entorno al hombre y la complejidad de los sentimientos. El artista evidencia con su trabajo la atemporalidad y la universalidad del arte a través del tiempo.

Por otra parte, el Espacio de fotografía contemporánea Palau Solterra de Torroella de Montgrí presentará del 13 de junio al 13 de septiembre dos exposiciones: '¿Dónde están las mujeres', de Vizcarra, y 'Saurópolis', de Koehli.

Vizcarra ofrecerá una docena de fotos con un mismo eje vertebrador, la figura de la mujer proyectada a través del yo interior de la artista. Sus imágenes son portadoras de una gran dosis de sensibilidad y fuerza y rompen con el ideal de belleza de la concepción clásica.

En cambio, el suizo Koehli, usando como herramientas una sencilla cámara digital durante el día, y una cámara de teléfono móvil por la noche, elabora con sus fotografías un rastreo casi científico por la orografía mutante del barrio del Poblenou de Barcelona.