BARCELONA, 21 May. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Justicia, Germà Gordó, ha reivindicado este jueves la política en materia penitenciaria llevada a cabo por la Generalitat desde que le fue transferida esta competencia hace más de treinta años, sin hacer distinción entre las presidencias de Jordi Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla y Artur Mas.
"No son exclusivas de CiU --estas políticas-- sino también del tripartito", ha valorado en la inauguración del I Congreso de Derecho Penitenciario organizado por el Colegio de Abogados de Barcelona (Icab), en la que también han participado el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), Miguel Ángel Gimeno, y el decano del colegio, Oriol Rusca, entre otros.
Gordó también cree que ahora "se están haciendo las cosas bien" en el ámbito penitenciario y ha ofrecido cifras para dejar constancia, como que el 90% de los presos participa en al menos una actividad de tipo cultural o deportiva, y que en los últimos dos años se ha bajado el ratio de internos por celda en la cárcel La Modelo de Barcelona: ahora es de dos o tres por celda cuando había hasta seis o siete, ha asegurado.
Por su parte, Gimeno ha incidido en la necesidad de que la cárcel no prive en ningún caso a los presos de "su dignidad" y, en cuanto a la evolución en materia penitenciaria, ha destacado que ya no hay los problemas de salud pública de años atrás pero deben abordarse nuevos retos como el de la multiculturalidad.
La presidenta de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Parlament, Gemma Calvet, ha hecho una valoración diferente a la del conseller sobre la actual política penitenciaria: "¿Qué nos ha pasado para quedarnos estancados?", se ha preguntado, aunque ha reconocido mejoras en aspectos como la salud pública.
El decano del Icab ha destacado que el congreso tendrá a los mejores especialistas y ha vuelto a cargar contra las reformas legislativas impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en justicia, especialmente contra la prisión permanente revisable, que considera una cadena perpetua y "una falta de respeto al más elemental sentido humanista".
