Imagen virtual de la segunda fase de construcción de la nave que se construirá en la Gran Via de Barcelona por las obras de la L8 - GENERALITAT
BARCELONA, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Generalitat construirá una nave industrial en la Gran Via de Barcelona, entre las calles Llançà y Vilamarí, para cubrir el pozo de la tuneladora de la L8 y minimizar el ruido que se generará durante las obras, que unirán los dos ramales de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC).
La nave se levantará dentro de la zona que ya está delimitada por las obras, a cinco metros de la fachada sur de la calle, y llegará hasta unos 15 metros de altura, lo que sería una cuarta o quinta planta de un edificio, según han explicado fuentes de la Generalitat.
Se construirá en tres fases: una primera parte de 30 metros de longitud en julio, una segunda de 20 metros a finales de este año y una tercera de 70 metros en 2026, por lo que la nave tendrá una longitud total de unos 120 metros y una anchura 16 metros.
La construcción de esta carpa se compatibilizará con la excavación del pozo, que empezará en las próximas semanas y que abrirá un agujero de 90 metros de longitud.
La nave será completamente necesaria para empezar a trabajar con la tuneladora, que arrancará en el primer trimestre del año que viene y trabajará durante las 24 horas del día, con lo que se quiere alcanzar al calendario marcado, que contempla que el proyecto de la L8 sea una realidad en 2030.
UNA GRAN FÁBRICA
La zona donde se instalará la nave es una de las salidas de emergencia de la línea, pero durante la fase de obras ha sido escogida para ser la zona por donde se empieza el túnel.
La idea es que la carpa metálica funcione como una fábrica, ya que por el pozo entrará la maquinaria necesaria para ejecutar los trabajos y saldrá la tierra que vaya excavando la tuneladora.
La creación de la nave es una medida compensatoria para reducir el rudio que se ha planteado durante el desarrollo de las obras, y el coste saldrá del presupuesto previsto, de 412 millones en total.
INSPECCIONES TÉCNICAS
Antes de empezar con todo este proceso, este mismo mes de junio se realizarán inspecciones técnicas en 1.245 viviendas para comprobar que no existen pequeñas fisuras en los edificios que se puedan agravar con los trabajos.
Los vecinos afectados por esta fase son aquellos que están en el recorrido del ferrocarril, es decir, en los edificios de la fachada sur de la Gran Via desde Vilamarí hasta Viladomat, así como en dos manzanas de casas entre la Gran Via y Diputación, en el cruce de Comte Borrell.
Si los propietarios dan luz verde, un técnico analizará las viviendas y escribirá un informe sobre el estado del inmueble, que será consultado por la Generalitat y que posteriormente el vecino podrá solicitar.
En el exterior de los edificios también se realizarán auscultaciones, un procedimiento habitual en grandes obras de ingeniería que sirve para controlar que todo se está desarrollando correctamente.
No está previsto que las obras produzcan vibraciones que puedan ser percibidas por los vecinos, ya que el tipo de vibración lo produce el terreno y no la tuneladora, y en este caso son tierras más arenosas, y no granito, como en la L9.
PRECEDENTE: ERNEST LLUCH
Este tipo de obra tiene su precedente en la estación de la L5 de Metro de Ernest Lluch, entre Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), cuando también se contruyó una carpa para reducir el rudio.
El total de trabajos en marcha corresponden a la obra civil para prolongar la línea L8, que incluye la construcción de un túnel de cuatro kilómetros y tres nuevas estaciones: Hospital Clínic, Francesc Macià y Gràcia.