Gràcia consolida el corte de Travessera un sábado al mes para beneficiar al comercio en crisis

Actualizado: sábado, 16 enero 2010 14:48

Emprendedores la sortean con la apertura de una decena de tiendas de últimas tendencias

BARCELONA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Barcelona y los comerciantes de Gràcia han decidido extender a todo el 2010 el corte de la Travessera de Gràcia el último sábado de cada mes como medida anticrisis, después de valorar "muy positivamente" la prueba piloto que se aplicó a mediados de diciembre en plena campaña de Navidad, explicó hoy el concejal de Gràcia, Guillem Espriu.

En declaraciones a Europa Press, Espriu admitió que 2010 será también "un año malo" por la crisis, lo que obliga a apostar por medidas como el corte de la Travessera entre Gran de Gràcia y Torrent de l'Olla, que beneficia a 73 tiendas. Pese a que el Distrito no tiene competencias en comercio, impulsa el de proximidad porque "es muy importante para Gràcia".

El Distrito les ha prometido que aplicará otras medidas para atraer a compradores, como mejorar las aceras, que tienen 1,10 metros de ancho y obligan con frecuencia a los peatones a bajar a la calzada, que recibe 10.900 vehículos diarios. También se plantea mejorar la señalización de los comercios como ya hizo en Navidad, con torres informativas.

La crisis no afecta a la apertura de comercios no alimentarios en Gràcia, y la demanda de licencias se mantuvo en 2009 a niveles similares a 2007 y 2008, unas 120 anuales. Según Espriu, el comercio se renueva con facilidad pero "no hay desertización en ninguna zona" del distrito. "Esto no significa que debamos estar tranquilos", advirtió.

El sector más activo es el de la ropa y los complementos, cuyas aperturas crecieron sensiblemente en 2009 hasta las 37 tiendas, que impulsaron emprendedores y ex parados que han empezado a sortear la crisis con tiendas de últimas tendencias que casan con el estilo de parejas jóvenes, con o sin hijos, que se instalan en el barrio.

PANTALONES A 400 EUROS

Una decena de tiendas que ofrecen tejanos de algodón orgánico de hasta 400 euros, ropa 'vintage', ropa de autor y que aborda el concepto de 'kidult' --treintañeros que consumen productos que les vuelven a su infancia-- se han instalado en dos meses en Torrent de l'Olla --al lado de Travessera de Gràcia-- y la calle Penedès, y en la plaza de la Vila.

Carles y Lourdes, de 34 y 36 años, son una pareja que se quedaron en el paro y que decidieron probar con una tienda de ropa denominada Elece que abrieron en abril en la calle Trafalgar y, a finales de año, probaron suerte en Torrent de l'Olla. Antes, él se dedicaba a proyectos de iluminación y ella era agente de viajes.

En declaraciones a Europa Press, Carles explicó que tratan de aprovechar la crisis en un momento en que el mercado de alquiler de locales ofrece "buenas condiciones". "No tenemos una Catedral ni una Sagrada Família en Gràcia", admitió, pero los clientes tienen un sitio para sentarse mientras su acompañante compra ropa y, próximamente, podrán tomarse un café.

La tienda tiene ropa a precio medio, a diferencia de su nueva vecina, la primera europea fuera de los países nórdicos que vende sólo piezas de la marca sueca fundada hace 10 años Nudie Jeans, el 35% de cuya producción se hace con algodón orgánico y aspira a alcanzar el 100%. El precio medio son 135 euros por pantalón, y llegan a 400 los hechos a mano.

"El algodón orgánico casa con el barrio, donde hay tiendas de comercio justo y productos ecológicos", destacó Jordi Redó, de 30 años, y dijo que "nadie se enriquece" con la ropa porque se fabrican en países que respetan los Derechos Humanos y pagan precios justos. Tiene cuatro trabajadores, la mitad pescados del paro, aunque ha reducido horas para aguantar en crisis.

Estela Pacheco ha abierto en la calle Penedès su segunda tienda en poco más de un año, aunque con una diferencia en relación a la de paseo de Sant Joan: cose la ropa ella misma, siguiendo la tradición de modista familiar, y vende piezas a un precio medio de 20 euros. "La zona es muy buena; es donde valoran las piezas hechas a mano", aseguró.

En una esquina de la plaza de la Vila se han instalado la belga Lili Bettens-Guisset y la francesa Emilie Chant, ambas de 32 años. Explotan el 'kidult' con ropa que permiten a padres e hijos ir vestidos iguales y reediciones de juegos. Según ellas, "mucha gente" tiene el perfil de 'kidult', vecinos de 35 años con hijos que "pueden permitirse caprichos".