BARCELONA, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Cases, advierte en un informe de que el alcalde, el socialista Jordi Hereu, incumplirá el reglamento municipal si no convoca el pleno extraordinario sobre la crisis que forzó CiU antes del martes, según consideró hoy la federación en un comunicado.
La polémica surge porque la federación considera que debe convocarse para antes del 23 de febrero, teniendo en cuenta que el 5 de febrero entró la petición del pleno, y se cuentan 15 días hábiles para la convocatoria del pleno. El bipartito quiere convocarlo media hora antes del pleno ordinario previsto para el viernes 26 de febrero.
El escrito del secretario, fechado ayer pero que la federación recibió esta mañana, fue solicitado el viernes por el portavoz de CiU, Joaquim Forn, para que dictaminase sobre los plazos que fija la legislación para convocar un pleno extraordinario. CiU también pidió amparo a la Generalitat para que inste a Hereu a convocar para antes del 23.
El secretario municipal también incorpora una explicación, según CiU a petición del Gobierno municipal, recordando que existe en la Junta de Portavoces un acuerdo tácito para considerar inhábil el sábado. Para la federación, es "controvertido" incorporar en un documento jurídico acuerdos tácitos, sin ningún apoyo documental.
CiU añadió que el secretario expone que el acuerdo para inhabilitar los sábados se circunscribe exclusivamente al acceso de los concejales a la documentación de los puntos que integran el orden del día de un pleno o una comisión, y no tiene efectividad para convocar las sesiones.
En declaraciones a Europa Press, fuentes del Gobierno municipal consideraron que el secretario "deja abierto" cuándo puede convocarse el pleno ante el acuerdo tácito, de forma que no impedirá la convocatoria para el día 26.
En un comunicado, el líder de ERC en el Ayuntamiento, Jordi Portabella, instó al PSC y CiU a que el pleno "no sea un debate que sólo refleje la crítica, sino que aporte soluciones y propuestas para afrontar la grave situación que vive el país".
Además, lamentó que se haya convertido en una batalla táctica entre partidos y, en lugar de centrar las energías en decidir los temas de un pleno importante para la ciudad, unos lo presentan como un aspecto táctico y otros le restan valor, también como medida táctica.
"De los políticos se esperan soluciones y medidas correctoras de los desajustes propios de los tiempos modernos, no batallas tácticas que lo único que buscan es desviar la atención hacia otro lado para perpetuarse", defendió.
En relación a la reducción de tráfico prevista en la avenida Diagonal, y su desvío por el Eixample, consideró que no es una buena idea "porque las consecuencias serán de alto impacto". Según él, la solución pasa por disminuir la cantidad de vehículos potenciando el transporte público, pero nunca desplazar la contaminación acústica y ambiental hacia otras calles de la trama "más íntima" de la ciudad.