El hermano de la víctima del caso Urbana dice que la acusada le impidió ver su casa tras el crimen

La acusada Rosa Peral de 36 años, agente de la Guardia Urbana y novia del fallecido Pedro sentada en el banquillo, en la Audiencia de Barcelona, en Barcelona (España), a 3 de febrero de 2020.
La acusada Rosa Peral de 36 años, agente de la Guardia Urbana y novia del fallecido Pedro sentada en el banquillo, en la Audiencia de Barcelona, en Barcelona (España), a 3 de febrero de 2020. - David Zorrakino - Europa Press
Publicado: miércoles, 12 febrero 2020 16:01

   Se sospecha que Pedro R. fue asesinado en el piso inferior de la vivienda de Rosa Peral

   BARCELONA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El hermano de la víctima del crimen de la Guardia Urbana, Pedro R., ha declarado en el juicio en la Audiencia de Barcelona que el sábado 6 de mayo de 2017 --una semana después del asesinato-- ella impidió que viera la planta inferior de su casa, donde se sospecha que se cometió el crimen.

   En la sesión del juicio de este miércoles, ha explicado que el sábado 6 de mayo fue a casa de Peral porque quería hablar con ella tras saber que se había encontrado el coche de Pedro R. calcinado y con un cadáver dentro, e intentó recuperar algunos objetos de su hermano.

   "Sé que mi hermano tenía en la planta de abajo cascos, ropa de moto... Me dijo que nada, que no tenía que estar allí", y ha relatado el hermano de Pedro R., agente de Mossos d'Esquadra, que también quiso bajar a buscar las llaves de la moto de la víctima y que insistió hasta cuatro veces, pero ella no le dejó bajar.

   Ha contado que el viernes 5 de mayo supo que se había encontrado el coche de Pedro R., a quien no veía desde el 30 de abril, y lo primero que hizo al recibir la noticia fue llamar a Peral: "Me manifiesta que se habían peleado y que no había vuelto. Me sorprendió la entereza".

   El hermano de Pedro R. sí había visitado la planta inferior de la casa el 30 de abril, antes del crimen, y el fiscal Félix Martín, le ha mostrado una foto de la sala, con las paredes de color naranja y un sofá oscuro, que el testigo ha reconocido, y después ha mostrado una foto del mismo lugar tras el crimen, con las paredes de color crema y muebles distintos.

PERAL NO PREGUNTÓ POR LA VÍCTIMA

   Tras el crimen la noche del 1 al 2 de mayo, Peral explicó a todo su entorno que Pedro R. se había ido de casa tras una discusión de pareja, a lo que el testigo ha defendido: "Mi hermano jamás haría eso. Se podía enfadar, pero no le duraba 10 minutos".

   El testigo ha explicado que durante los cinco días posteriores al crimen Peral no le preguntó si sabía algo de su hermano, y después le mostró mensajes de Whatsapp que supuestamente recibió de Pedro R. tras la fecha de la muerte, a lo que él le negó que los hubiera escrito él.

    "Reaccionó sorprendida, dijo que cómo lo podía saber. Había un mensaje en el que decía que apagaba el móvil. Mi hermano el móvil no lo apagaba jamás", ha detallado.

   Se sospecha que los días posteriores al crimen Peral usó el teléfono de Pedro R. para fingir que seguía vivo, y sobre su aspecto al visitarla después de saber que se había encontrado el coche calcinado ha dicho: "La actitud de ella me hizo dudar. No la vi llorando, la vi muy entera".

   La declaración de un repartidor de pizzas que sirvió al domicilio de Peral la semana después del asesinato ha situado al acusado Albert López en casa de ella los días 3 y 6 de mayo, ya que pagó con tarjeta, y el fiscal ha orientado sus preguntas al testigo a constatar que el uso del datáfono implica que el sospechoso estaba en el lugar y que Peral, al contrario de lo que asegura su defensa, no le tenía miedo.

CUATRO DÍAS CON UNA FURGONETA

   También ha declarado este miércoles un agente de la Guardia Urbana que compartía unidad con los dos acusados, que ha explicado que el jueves 4 de mayo, cuando aún no se había encontrado el coche de la víctima, Peral le pidió que le prestara su furgoneta "para mover unas cosas".

   Al día siguiente, ella le explicó que habían encontrado el coche de la víctima, quien era pareja de Peral, y al hablar con López sobre el tema el sábado --cuando patrullaron juntos-- el sospechoso le dijo sobre el crimen que "parecía un ajuste de cuentas".

   El testigo ha explicado que no recuperó la furgoneta hasta el lunes 8 de mayo, cuando fue a buscarla a casa de Peral, de quien tuvo la sensación de que "no era consciente de todo lo que había pasado", y ella le dijo que aún no había usado el vehículo para traer lo que tenía guardado en un trastero y quería mover.

   También han declarado dos agentes privados a quién Peral contrató para saber dónde vivía su exmarido, Rubén C., y han explicado que abandonaron el servicio cuando el investigado les descubrió y persiguió con el coche a uno de los detectives.

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