BARCELONA, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
Miles de ciudadanos de las cuatro capitales de provincia de Catalunya se han movilizado este domingo en sendas manifestaciones para clamar contra una reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy que "degrada y hace más precarias" las condiciones laborales de los trabajadores, unas marchas convocadas por CC.OO y UGT y que han contado con la presencia de representantes del PSC, ERC e ICV-EUiA.
Bajo el lema 'Ni la reforma laboral, ni recortes', en Barcelona miles de personas --200.000 según los sindicatos y 30.000 según la Guàrdia Urbana-- han salido a la calle con pancartas, banderas y lemas varios de rechazo como 'Esta reforma la pararemos', 'No es una reforma, es una bomba', 'Contra la reforma, movilización' y 'El futuro se consigue en el presente'.
Esta oposición también se ha visualizado en la marcha organizada en Tarragona, que ha concentrado a unas 5.000 personas que han recorrido la Rambla Nova hasta llegar a la subdelegación del Gobierno, donde han leído un manifiesto; En Tortosa (Tarragona) también se ha celebrado una manifestación que han secundado unas 2.000 personas.
Entre 3.000 y 5.000 personas también han expresado su contrariedad a la reforma laboral desde Girona, una protesta que ha culminado en la plaza del Vi con proclamas a favor de una huelga general.
En Lleida, entre 1.500 y 3.000 personas se han sumado a la llamada de los sindicatos y han recorrido las calles de la ciudad hasta llegar a la subdelegación del Gobierno, donde algunos de los manifestantes han tirado huevos.
En todas las marchas se han escuchado lemas en contra del Gobierno de Mariano Rajoy pero también contra CiU, también durante los manifiestos que se han leído a su final por parte de los sindicatos en los que califican la reforma de "regresiva".
En declaraciones a Europa Press, el secretario general de CC.OO. de Catalunya, Joan Carles Gallego, ha reclamado la necesidad de negociar porque sino "el conflicto continuará en las calles y en las empresas".
"Si hay que paralizar el país lo haremos", ha advertido, tras instar al Gobierno a tomar nota de esta situación porque, a su juicio, la inmensa mayoría de la sociedad rechaza una reforma laboral que destruirá más empleo y hará más precarias las condiciones laborales.
En la misma línea se ha pronunciado el secretario general de UGT de Catalunya, Josep Maria Álvarez, quien considera que la huelga general está "justificada" porque han impulsado otras por mucho menos.
"Si no se abre un proceso de negociación con el Gobierno y no podemos modificar la reforma, seguirán las manifestaciones y una de ellas puede ser la huelga general", ha avisado.
Pese a que todas las marchas han transcurrido sin incidentes remarcables, el sindicatos CGT en Barcelona ha celebrado una manifestación alternativa con 3.500 personas que ha acabado lanzado huevos a la sede de la Delegación del Gobierno en Catalunya y de CDC.
También se han vivido momentos tensos cuando, en la marcha de Tarragona, la manifestación de CC.OO. y UGT se ha cruzado con la de CGT, que no ha ido a más.
APOYO DE LA IZQUIERDA
Los líderes de PSC, Carles Navarro; ICV, Joan Herrera, y ERC, Oriol Junqueras, se han sumado a la manifestación en la capital catalana y han marchado junto a cientos de militantes detrás de la cabecera de los sindicatos.
Acompañado de la exministra de Defensa Carme Chacón, Miquel Iceta y la alcaldesa de l'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, Navarro ha pedido este domingo al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que en vez de aplaudir la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy, "tan negativa para el país", se reúnan con los sindicatos y exploren nuevas fórmulas.
Herrera ha asegurado que la reforma no se atreve con los bancos y "sigue golpeando" a los trabajadores, y ha pedido que la gente salga a la calle para protestar, ya que considera un "disparate" la política que llevan a cabo CiU y PP.
Por su parte, Junqueras ha advertido al Gobierno central de que tome nota de las réplicas de la multitud de personas que han salido a la calle, y ha lamentado que la reforma es contraria al papel que hasta ahora jugaba la Generalitat de intervenir en conflictos laborales.
