El narcotráfico en los ojos de un niño, el debut literario de Juan Pablo Villalobos

Actualizado: miércoles, 9 junio 2010 16:39

BARCELONA, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

El mexicano Juan Pablo Villalobos debuta en la literatura con 'Fiesta en la madriguera' (Anagrama), una breve novela protagonizada por el hijo de un capo del narcotráfico, que narra con un estilo entre inocente y sarcástico las excentricidades que ocurren en la mansión donde vive recluido.

Entre esos caprichos, el niño Tochtli quiere para su zoológico privado un hipopótamo enano de Liberia, y su padre, Yolcaut, todopoderoso capo, hará lo imposible para conseguirlo. Ese es el trasfondo sobre el que se construye la novela, un rito de iniciación en el que el niño intenta "desenmascarar al padre", según aseguró hoy su autor.

El hipopótamo, animal fetiche del autor, es sólo una parte de la iconografía de la novela, dominada por una estética de lo absurdo en la que también abundan las armas y los sombreros, la prenda favorita de Tochtli. Pero el elemento más destacable de la novela es su voz narrativa, la primera persona que hace que el lector viva todos los acontecimientos a través de los ojos del niño.

"Me costó que fuese convincente", aseveró Villalobos, que pone en boca del personaje hilarantes disertaciones sobre temas tan espinosos como la decapitación, explicando, por ejemplo, que en eso los franceses eran algo más elegantes que los mexicanos, con guillotinas que hacen cortes limpios y con cestas para que las cabezas no se vayan rodando.

La capacidad para hablar de cosas serias en un tono despreocupado es una de las grandes virtudes del libro, junto con el distanciamiento del punto de vista "moralista" que en opinión de Villalobos predomina en la mayoría de las novelas sobre narcotráfico que últimamente llenan las librerías mexicanas.

Villalobos, que desde hace años vive en Barcelona, aprovechó su primer libro para lanzar algunas puyas a la cultura mexicana machista --Toachtli está obsesionado con no ser 'de los maricones'-- y a otro de los sentimientos, en su opinión, centrales en la sociedad de su país: el resentimiento. En la novela lo encarna el culto profesor Mazatzin, una "caricatura" de las generaciones educadas en las universidades latinas de los años 70, para quien los imperialistas tienen la culpa de todo.

"Nuestro ascenso social es superar el resentimiento", afirmó el autor, convencido de que los mexicanos mantienen con su patria una relación "bipolar", del amor al odio. Preocupado por mantener intacta la manera de hablar mexicana, Villalobos dio a los personajes de su libro nombres en Náhuatl, la lengua azteca. Siguiendo con la iconografía y el simbolismo que predomina en todo el libro, cada personaje tiene el nombre de un animal, excepto la cocinera de la gran mansión, cuyo nombre significa 'maíz'.

Villalobos (Guadalajara, México, 1973) dijo haber escrito este libro a raíz de las "angustias sobre la paternidad" que le sobrevinieron cuando su mujer se quedó embarazada. Terminó la novela tras seis meses de escritura y dos años de correcciones, y consiguió publicarla de la manera más tradicional.

Envió el manuscrito por correo a la editorial y según explicó hoy el editor Jorge Herralde, el texto llegó a sus manos el verano pasado en una playa de Formentor. Enseguida constató que se trataba de uno de los debuts "más interesantes" en la literatura de los últimos años.