'IQ 100' reflexiona sobre la falta de inteligencia emocional

Escena de 'IQ 100'
Foto: SALA ATRIUM
Europa Press Catalunya
Actualizado: jueves, 13 febrero 2014 14:11

BARCELONA, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

La obra teatral 'IQ 100' reflexiona sobre cómo la sociedad da más importancia al coeficiente intelectual que a la inteligencia emocional.

Se representará en la Sala Àtrium desde este viernes hasta el 16 de marzo, y también analizará cómo esto puede desembocar en graves consecuencias para el ser humano.

   Según ha explicado este jueves en rueda de prensa el director y escritor de la obra, Ferran Audí, 'IQ 100' es una fábula para adultos que analiza si la verdadera inteligencia es retener datos: "No sirve de nada recordar muchas cosas si nos sentimos desgraciados", ha considerado.

   El relato gira entorno a Litus, una persona con un coeficiente intelectual bajo, que decide someterse a una operación para aumentarlo porque no se siente feliz consigo mismo.

   Debido a la intervención, su inteligencia aumenta y llega a rozar la genialidad, pero con ella crece su infelicidad, y el protagonista se plantea qué necesidad hay de alterar lo natural y de "jugar a ser dioses".

   Para desarrollar la trama argumental se cuenta con el actor Raimon Molins, que da vida a Litus, y el bailarín Miquel Barcelona, que encarna sólo con el movimiento del cuerpo y sin mediar palabra los personajes de los que hablará Molins durante su monólogo interior.

   Barcelona "sugerirá", en palabras de Audí, la realidad del mundo que rodea al protagonista, por lo que se jugará con el público al pedirle que utilice su imaginación para completar las imágenes que el bailarín esbozará ante los espectadores.

   Uno de los personajes a los que más recurrirá el bailarín será el de un ratón, que se convertirá en compañero de Litus, y Audí ha señalado que se eligió un ratón porque genéticamente son similares a los seres humanos y pasan por el mismo proceso vital --nacen, crecen y mueren--, y también porque fue el primer 'paciente' en someterse a la operación desarrollada en Litus.

   El escenario, según ha matizado Audí, es conceptual y quiere ser un homenaje a las películas de ciencia-ficción de los años 70, ya que representa el interior del cerebro de Litus, en donde se intentará sugerir qué es lo que el protagonista ve del mundo real mediante proyecciones de imágenes y la danza de Barcelona, lo que configurará una metáfora de la teoría de la Cueva de Platón porque el protagonista nunca llega a entender completamente la realidad.

MÁS PROXIMIDAD

   El director ha señalado que esta obra se estrenó hace diez años en un escenario más grande, y que el representarla en la Sala Àtrium --teatro de pequeño formato-- le hace ganar en proximidad y en intensidad.

   Asimismo, aunque ha lamentado perder la espectacularidad que el anterior escenario permitía, Audí se ha mostrado satisfecho de que se haya tenido que repensar la relación que el espectáculo establece con el público, ya que "la relación con los espectadores cambia radicalmente".

   El director ha asegurado que la obra quiere tocar temas sofisticados pero de manera amable, para que el espectador pueda entrar en el argumento, a la vez que llamar a la aceptación de cada uno para ganar un poco de inteligencia emocional.

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