Ocho mossos imputados por maltratar y vejar a cuatro detenidos por el 'macrobotellón' de marzo de 2006 en Barcelona

Actualizado: viernes, 13 julio 2007 21:21

BARCELONA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un juez de Barcelona ha imputado a otros ocho mossos d'Esquadra que presuntamente maltrataron y vejaron a cuatro jóvenes durante su arresto y posterior estancia en las comisarías de Ciutat Vella y Sants-Montjuïc, donde se les trasladó por su supuesta participación en los altercados ocurridos durante el 'macrobotellón' de marzo de 2006 en la capital catalana.

Los agentes declararán en calidad de imputados la próxima semana ante el juez de Instrucción número 12 de Barcelona, a raíz de la denuncia que los jóvenes, de 18 años, presentaron en mayo de 2006 por un presunto delito contra la integridad moral, una falta de lesiones y un delito de detención ilegal y falsedad en documento público, ya que ellos aseguran que no participaron en los altercados y que, por tanto, los hechos plasmados en el atestado son falsos.

Según la denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a las cuatro de la madrugada del 18 de marzo de 2006, cuando los cuatro jóvenes y otros tres amigos estaban en la calle Portaferrisa de Barcelona, donde, "sin quererlo", se vieron inmersos en el 'macrobotellón' que se había convocado para esa noche.

Los jóvenes decidieron retirarse para no participar "en aquella manifestación al observar el carácter violento que estaba tomando", y con el que "para nada" estaban de acuerdo, y se dirigieron hacia el Metro para ir a casa.

Al llegar a las Ramblas, sin embargo, varios mossos de paisano se tiraron sobre tres de ellos --Andrés A.J., Xavier M.R. y Jordi B.M.-- y presuntamente les golpearon con las porras "sin que existiera ninguna necesidad", ya que no estaban ofreciendo "ningún tipo de resistencia".

El cuarto denunciante, Pau M.R., estaba a pocos metros de distancia de los jóvenes y, al ver que les estaban agrediendo, fue corriendo hacia ellos para ayudarles, por lo que los mossos procedieron "de manera arbitraria a su detención ilegal". Más tarde, los tres amigos que les acompañaban se dirigieron al lugar a preguntar qué ocurría y también fueron arrestados.

BURLAS Y HUMILLACIONES.

Los denunciantes aseguran que los agentes les detuvieron empleando "una violencia innecesaria", causándoles lesiones, y que les menospreciaron durante el tiempo que permanecieron detenidos, primero en la comisaría de Ciutat Vella y posteriormente en la de Sants, "con burlas y humillaciones", hasta el punto de hacerles desnudar "sin ningún motivo que lo aconsejase" y sin darles ninguna explicación.

Según Jordi B.M., mientras estaban en la sala de registros de la comisaría de Ciutat Vella uno de los agentes empezó a reírse de ellos haciendo comentarios del tipo "ahora ya no sois tan valientes, eh?, niñatos de mierda", hasta el punto de que uno de sus superiores le obligó a salir de la sala por su actitud.

Sin embargo, para el joven, "lo más denigrante de todo fue que me hicieran desnudar completamente sin darme ningún tipo de explicación de por qué y qué se pretendía con aquella actuación". "Nadie puede imaginarse lo humillante que es tener que quitarte toda la ropa a la fuerza en presencia de un extraño", añade en la denuncia.

Andrés A.J., por su parte, relata que los mossos le estuvieron golpeando "con bastante brutalidad" durante el arresto y destaca los comentarios "irónicos, francamente patéticos", que hacían los agentes en comisaría, cuyo tono era muy "despreciativo".

Pau M.R. asegura que los agentes de paisano que efectuaron el arresto iban armados con porras y barras de hierro y que, cuando él se acercó a los mossos al ver que estaban agrediendo a sus amigos, se limitaron a decir "éste va con ellos", dándole entonces dos o tres golpes de porra y arrastrándole hacia un furgón policial.

Xavier M.R., hermano de Pau, explica que cuando estaba en los calabozos empezó a padecer migraña y que, tras esperar al cambio de turno, un agente le trasladó al hospital con la música del coche "al máximo". Una vez en el centro, según su versión, tuvo que ir al lavabo para vomitar, pero el agente no le quitó las esposas.

"Precisamente porque no podía controlar mi peso, perdí el equilibrio y me quedé tendido en el suelo, mientras el mosso miraba sin hacer nada", relata el joven, que asegura que "fue una situación muy ridícula y humillante".

Los cuatro jóvenes mantienen también que los agentes les insultaron y amenazaron y les obligaron a firmar "un montón" de documentos sin que ellos supieran su contenido. Según afirman, los mossos implicados actuaron siempre ocultando su número de placa para evitar ser identificados.

LA AUDIENCIA OBLIGÓ AL JUEZ A REABRIR LA CAUSA.

Tras tener conocimiento de los hechos, y habiendo practicado las diligencias que consideró "esenciales", el juez de Instrucción número 12 decidió el pasado 23 de febrero archivar provisionalmente la causa contra los mossos, al entender que no se desprendía de lo actuado que "las fuerzas policiales se excedieran en sus funciones".

El letrado de los jóvenes, sin embargo, decidió presentar un recurso de apelación contra la resolución del instructor que, pese a la oposición de la Fiscalía, fue estimado por la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona.

En su auto, al que ha tenido acceso Europa Press, la Sala recuerda que la apertura de diligencias previas "supone la necesidad de practicar cuántas diligencias sean necesarias para la determinación de la real naturaleza y circunstancias de los hechos objeto de investigación, así como, en su caso, de las personas presuntamente responsables".

"Por lo dicho, es evidente que sin, como mínimo, la declaración de los agentes denunciados no pueden bajo ningún concepto considerarse practicadas las diligencias necesarias", señala la Sección Segunda, que obligó de esta manera al juez instructor a reabrir la causa.