Carme Garcia junto a su hijo Pol, que sufre autismo profundo
EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 6 agosto 2017 11:46

Los usuarios valoran mucho el servicio y urgen el final de las reformas

BARCELONA, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

El retraso en las obras para ampliar las instalaciones del centro Respir, que ofrece estancias temporales para discapacitados intelectuales, ha derivado en la imposibilidad para dar servicio a los usuarios con problemas más severos, lo que, según han explicado algunas familias a Europa Press, se traduce en quedarse sin poder ir de vacaciones.

Esta residencia, situada en el recinto Mundet de Barcelona, es un servicio de la Diputación de Barcelona dirigido a personas con dependencia, con un edificio para ancianos y otro para discapacitados intelectuales, con el objetivo de que su familia cuidadora pueda tener unos días de descanso, un servicio muy valorado por las familias, ya que la oferta de plazas de la Generalitat es residual.

De hecho, el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, reclamó esta semana a la Conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias del Ejecutivo catalán que extienda a toda Catalunya el servicio dirigido a discapacitados intelectuales ofrecido solamente por la Diputación de Barcelona, cuyas 28 camas --ocupadas en breves períodos rotatorios-- permiten atender a 1.600 personas cada año.

ESPACIO PROVISIONAL

El espacio destinado a personas con discapacidad intelectual emprendió una reforma en enero de 2016 para instalar aire acondicionado y ampliar el número de camas hasta 32, y durante este período se han trasladado a un espacio provisional en el mismo pabellón de la residencia de ancianos.

Las obras tenían que durar seis meses, pero 19 meses después todavía siguen: "Se encontraron problemas estructurales imprevistos que obligaron a hacer el proyecto de nuevo", ha lamentado el coordinador del Área de Atención a las Personas de la Diputación, Josep Muñoz, en declaraciones a Europa Press, afirmando que prevén poder abrir de nuevo en septiembre.

Mientras que el anterior edificio tenía cuatro módulos con siete personas, en el actual hay momentos que tienen que estar los usuarios de las 27 plazas juntos --las obras han obligado a eliminar una de las 28 plazas existentes--.

La convivencia en un mismo espacio de los 27 usuarios con trastornos de diferente índole ha derivado en problemas para los pacientes con trastornos más severos que, por sus situación, no pueden estar en entornos con mucho ruido.

VACACIONES EN CASA

Uno de ellos es Pol, un joven con autismo profundo con discapacidad intelectual del 76% cuya familia tenía reservada una semana para este mes de agosto, y, tras haber hecho una estancia de fin de semana en el espacio provisional, los psicólogos del centro les recomendaron que no usara esta semana que ya tenía adjudicada porque se había puesto muy nervioso por el cúmulo de personas y podía llegar a ser peligroso.

"Todo el año estoy esperando con impaciencia que llegue la semana del agosto. Es la única semana al año que tenemos para ir de vacaciones, porque con Pol no podemos ir a ningún sitio, ni a hoteles ni a apartamentos, porque cuando le cambias el ambiente no lo puede soportar. En el centro Respir no, porque tienen personal especializado y le tratan muy bien. Así que sin esta semana, nos tendríamos que quedar en casa", relata su madre, Carme Garcia.

Casualmente, Garcia pidió por si acaso también la única plaza que ofrece la Generalitat en todo Catalunya y que está en Puig-Reig, y Pol ha sido el afortunado a quien se la han acabado concediendo, pero lamenta que se tiene que pedir con mucha antelación y si la hubiera solicitado cuando le informaron de la situación en el centro Respir ya no habría estado a tiempo de conseguirla.

FALTA DE COMUNICACIÓN

La madre está muy satisfecha con el servicio y entiende que el retraso en las obras es insalvable pero se queja de la falta de información: "Al empezar las obras nos dijeron que todo seguía igual pero en otro centro. Si sabían que había problemas con este tipo de pacientes podrían haber informado con antelación. Tampoco han comunicado nada sobre el retraso".

Del conjunto de 1.600 usuarios de este servicio, un 15% presenta trastornos severos, si bien la Diputación de Barcelona ha minimizado el impacto, reduciendo a tres el número de pacientes afectados por el retraso de las obras.

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