El TNC reflexiona sobre la masculinidad con una adaptación de 'L'Hroe' de Rusiñol

Cartel de la obra 'L'Hroe' de Santiago Rusiñol
Cartel de la obra 'L'Hroe' de Santiago Rusiñol - TNC
Publicado: viernes, 27 noviembre 2020 13:10

BARCELONA, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) acogerá una adaptación de 'L'Hroe' de Santiago Rusiñol (1861-1931) dirigida por Lurdes Barba, una obra que se centra en temas como la masculinidad tóxica y la idea de "hacerse hombre", que se podrá ver a partir del 3 de diciembre y hasta el 10 de enero.

En rueda de prensa este viernes, el dramaturgo Albert Arribas ha asegurado que la obra está ambientada en la derrota colonial de Filipinas y en ella "se celebra la derrota del imperialismo español" con el retrato del retorno de un joven catalán convertido en héroe militar que es incapaz de superar su experiencia en la guerra.

Manel Barceló interpreta al personaje de Antón y Javier Beltrán es el Hroe, y aparecen en la obra junto a Georgina Latre, Miquel Malirach, David Marcé, Joan Marmaneu, Joan Negrié y Albert Prat, entre otros.

Arribas ha explicado que han respetado casi todo el texto de la obra, cambiando solo algunas escenas de lugar "para potenciar la idea del arte subjetivo" y para mostrar que los personajes se saben escuchar, algo que a su juicio ya aparece en el texto de Rusiñol.

También ha remarcado que una de las ideas esenciales de Rusiñol es el "clamor por la absoluta libertad ideológica del artista", algo que en esta obra aparece menos que en otras, aunque en ella también hay un voluntad de polemizar con las distintas dinámicas ideológicas que se están construyendo en los inicios del siglo XX, según ha explicado.

UN BUEN CHICO CONVERTIDO EN MONSTRUO

De su personaje, Beltrán ha destacado una frase que pronuncia durante la obra, en la que dice que le han hecho a hacer daño y que ahora lo echa de menos, y ha explicado que le parece que su personaje es una víctima, "un buen chico que ha vuelto de la guerra hecho un monstruo".

Ha remarcado que la obra a su juicio es muy triste, porque es el camino hacia los infiernos de una persona a la que han convertido en héroe y ya no tiene nada: "Ya nadie lo está mirando, solo le miran sus fantasmas", ha dicho.

Según ha explicado el director del TNC, Xavier Albertí, la programación de esta obra responde a la voluntad del teatro de conectar de forma explícita a los autores con "las musculaturas ideológicas que permitieron la escritura de sus obras", algo que a su juicio en el caso de Rusiñol es especialmente significativo.