CEUTA, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un 2,3% de la población de Ceuta con entre 15 y 64 años reconoce consumir hachís a diario, algo más del doble que alcohol (1%), según los datos que maneja el Plan sobre Drogas y otras Conductas Adictivas dependiente de la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que dirige Javier Guerrero (PP).
Según las cifras que ha extraído el Gobierno local de su memoria anual, casi tres de cada cuatro ceutíes (73%) reconoce haber tomado bebidas alcohólicas "en alguna ocasión", casi veinte puntos por debajo de la media nacional (91,2%). La ingesta diaria en la ciudad, la mitad de cuya población pertenece a la comunidad cultural árabo-musulmana, es muy inferior a la ratio estatal (7,4%).
El tabaco es la segunda droga con un mayor consumo tanto en el conjunto del territorio nacional como en Ceuta, donde su precio de venta al público es un 40% inferior gracias al Régimen Económico y Fiscal (REF) especial local. Un 51,2% de los residentes declara haber fumado tabaco alguna vez en la vida (el 69,7% a nivel estatal) y uno de cada cinco (20,4%) confiesa hacerlo a diario, hábito que asumen el 34% de los españoles.
El cannabis es "la droga ilegal más extendida entre la población ceutí con diferencia" y la tercera sustancia de mayor prevalencia: el consumo diario "se sitúa en un 2,3%, valor cercano a la media nacional", mientras que el de cocaína no pasa del 0,2% (1,1% a nivel nacional).
El Plan sobre Drogas de Ceuta se propone atender las demandas derivadas de su consumo y otras adicciones "desde un modelo unificado de atención integrada y adaptada a las necesidades individuales" con procesos terapéuticos estructurados como "itinerarios dinámicos, flexibles y coordinados con los distintos recursos de los que dispone la Administración".
Para combatir el uso de drogas durante la adolescencia prioriza la actuación "dentro del ámbito familiar" con recomendaciones como "establecer con los hijos una hora de regreso a casa razonable adaptada a la edad" y "tener en cuenta su disponibilidad monetaria en base a factores como las posibilidades económicas de la familia, el grado de cumplimiento de las normas o las actividades que realicen los adolescentes".
En caso de que "se tenga constancia de que una parte de las asignaciones está destinada al consumo de alcohol" el plan aconseja "reducir estas aportaciones para así explicitar el rechazo a ese tipo de conductas".
