MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) - En 1936, la joven estrella FU Orionis comenzó a engullir el material del disco de gas y polvo que la rodea con una voracidad repentina. Para responder a las preguntas, los científicos necesitan observar el brillo de la estrella en longitudes de onda infrarrojas, más largas de lo que el ojo humano puede ver y que proporcionan mediciones de temperatura. Los astrónomos predicen, basándose en parte en los nuevos resultados, que FU Orionis seguirá devorando material caliente durante los próximos cien años. En ese momento, la estrella volverá al estado que tenía en 1936 antes de los acontecimientos dramáticos que la avivaron. Los científicos no están seguros de lo que la estrella era como antes o lo que desencadenó este fenómeno.