MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Usando observaciones sensibles desde el telescopio espacial Kepler, astrónomos han descubierto evidencias de ciclos meteorológicos diarios en seis planetas extrasolares.
Tales variaciones ocurren a medida que diferentes porciones de estos planetas reflejan la luz de sus estrellas, de forma similar a nuestros propios ciclos lunares, aunque con diferentes fases.
Entre los hallazgos más curiosos figuran indicaciones de mañanas nubladas en cuatro de ellos y, tardes claras y cálidas en otros dos.
"Determinamos el tiempo en estos mundos alienígenas midiendo los cambios mientras los planetas giran alrededor de sus estrellas madre, e identificando el ciclo día-noche", dijo Lisa Esteves, estudiante de doctorado en el Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Toronto, y autora principal del estudio publicado en The Astrophysical Journal.
"Rastreamos cada uno de ellos a través de un ciclo de fases en las que diferentes partes del planeta están iluminadas por su estrella, desde totalmente iluminado a completamente a oscuras", dijo Esteves.
Debido a que los planetas están muy cerca de sus estrellas, se espera que giren hacia la izquierda - al igual que la mayoría de los objetos en nuestro sistema solar - con el lado derecho moviéndose en la dirección de la órbita de cada planeta. Esto provoca un movimiento hacia el este de la superficie del planeta y por lo tanto una circulación hacia el este de los vientos atmosféricos. Como resultado, las nubes se forman en el lado nocturno del planeta, donde las temperaturas son más frías, y luego se mueven hacia el lado de mañana del planeta.
"A medida que los vientos siguen transportando las nubes al lado día, se calientan y se disipan, dejando el cielo de la tarde libre de nubes", dijo Esteves. "Estos vientos también empujan el aire caliente hacia el este desde el meridiano, donde es mediodía, dando lugar a temperaturas más altas por la tarde."
En cuatro de los planetas, los investigadores vieron un exceso de brillo en los datos de Kepler que corresponde a cuando el lado de la mañana es visible. Para los otros dos, vieron un exceso cuando el lado nocturno es visible.
"Al comparar las temperaturas previamente determinadas para las mediciones del ciclo de fase proporcionados por Kepler, se encontró que el exceso de brillo en el lado mañana es más probablemente generado por la luz estelar reflejada," dijo Esteves. Estos cuatro planetas no son lo suficientemente calientes como para generar este exceso de luz a través de la emisión térmica.
"El exceso de luz visto en los dos planetas muy calientes se puede explicar por la emisión térmica", dijo Esteves. "Una explicación probable es que en estos dos planetas, los vientos se están moviendo desde el calor hacia el lado de la noche, dando como resultado el exceso de brillo."
El telescopio Kepler fue el instrumento ideal para el estudio de las variaciones de fase de exoplanetas. Las mediciones muy precisas y la gran cantidad de datos recogidos permitió a los astrónomos medir las señales diminutas de estos mundos distantes. La mayoría de los planetas examinados en este estudio son muy calientes y grandes, con temperaturas superiores a 1.600 grados Celsius y tamaños comparables a Júpiter, condiciones inviables para la vida, pero excelentes para mediciones de fase.