MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Reservorios de hierro rico en oxígeno entre el núcleo y el manto terrestre podrían haber desempeñado un papel importante en la historia de la Tierra, incluida la vida como la conocemos.
Habrían influído en la ruptura de supercontinentes, cambios drásticos en la composición atmosférica de la Tierra y la propia aparición de la vida, según un trabajo reciente de un equipo internacional de investigación en National Science Review.
El equipo, que incluye científicos de Carnegie, la Universidad de Stanford, el Centro de Investigación Avanzada de Ciencia y Tecnología de Alta Presión en China y la Universidad de Chicago, sondeó la química del hierro y el agua bajo las temperaturas y presiones extremas del núcleo de la Tierra en su límite con el manto.
Cuando la acción de la tectónica de placas atrae minerales que contienen agua lo suficientemente profundo como para encontrarse con el núcleo de hierro de la Tierra, las condiciones extremas hacen que el hierro tome átomos de oxígeno de las moléculas de agua y libere los átomos de hidrógeno. El hidrógeno escapa a la superficie, pero el oxígeno queda atrapado en el dióxido de hierro cristalino, que solo puede existir a presiones y temperaturas tan intensas.
Utilizando cálculos teóricos y experimentos de laboratorio para recrear el entorno del límite núcleo-manto, el equipo determinó que el dióxido de hierro puede crearse utilizando una célula de yunque de diamante calentada por láser para poner los materiales entre 950 y 1 millón de veces la presión atmosférica normal y más de 3.500 grados Fahrenheit.
"Basándonos en nuestro conocimiento de la composición química de las losas atraídas hacia el interior profundo de la Tierra por la tectónica de placas, creemos que 300 millones de toneladas de agua pudieron transportarse para encontrarse con el hierro en el núcleo y generar enormes rocas de dióxido de hierro cada año". dijo en un comunicado el autor principal Ho-kwang "Dave" Mao.
Estas rocas sólidas extremadamente ricas en oxígeno pueden acumularse año tras año por encima del núcleo, y crecer en tamaños gigantescos como los de un continente. Un evento geológico que calentara estas rocas de dióxido de hierro podría causar una erupción masiva, liberando repentinamente una gran cantidad de oxígeno a la superficie.
EXPLOSIÓN INTERNA DE OXÍGENO ALCANZÓ LA ATMÓSFERA
Los autores plantean la hipótesis de que una explosión de oxígeno de este tipo podría generar una gran cantidad de gas en la atmósfera de la Tierra, lo suficiente como para provocar el llamado Gran evento de oxigenación, que ocurrió hace unos 2.500 millones de años y creó nuestra atmósfera rica en oxígeno, condiciones que propiciaron el aumento de la vida dependiente del oxígeno tal como la conocemos.
"Esta reacción de división de agua a alta temperatura e intensa presión recientemente descubierta afecta a la geoquímica desde el interior profundo a la atmósfera", dijo Mao. "Muchas teorías anteriores deben ser reexaminadas ahora".